Dr. Humberto Falcòn Villarreal
“Cada día en la Secundaria, es una oportunidad para crecer, equivocarse, reír y volver a intentarlo con más fuerza.” Todos los que hemos tenido la dicha de pasar por esta etapa en nuestra preparación escolar, guardamos maravillosos recuerdos: amistades que nos marcaron, maestros que nos guiaron, risas, nervios antes de un examen o socialización de un proyecto, logros que nos llenaron de orgullo… Cada momento vivido en la Secundaria forma parte de nuestra historia y nos acompaña en el camino hacia quienes somos hoy. Es una etapa irrepetible, llena de aprendizajes, emociones y descubrimientos que, aunque pase el tiempo, siguen brillando en la memoria con la misma intensidad. La Secundaria es una etapa decisiva en la vida de todo adolescente, con descubrimientos y aprendizajes que marcan profundamente el desarrollo personal y social. Pero más allá de lo que reciben, los adolescentes también tienen la oportunidad de dejar una huella positiva en su entorno, en su comunidad escolar y en las personas que los rodean. Participar en actividades culturales, artísticas, científicas o sociales les permite expresar sus ideas, compartir su visión del mundo y contribuir activamente a construir una comunidad más empática, consciente y solidaria. A través de pequeños actos como ayudar a un compañero, liderar un proyecto, participar en concursos, o simplemente dar lo mejor de sí mismos, los adolescentes pueden inspirar a otros y demostrar que su voz tiene valor. Dejar huella no siempre significa hacer algo grande; Muchas veces, está en los gestos cotidianos, en la forma de convivir, en la creatividad que expresan y en el entusiasmo con el que enfrentar nuevos retos. Por eso, la Secundaria es una etapa para formar recuerdos, aprendizajes, ejemplos y momentos que, al pasar el tiempo, serán parte de la historia de quienes compartieron ese camino. Hoy en este Ágora educativo y ya en la última etapa del ciclo escolar, en muchas de las escuelas ya se preparan las graduaciones, se toman las fotos grupales, los alumnos ya visualizan el siguiente nivel escolar, y es casi imposible detener un sentimiento de melancolía y tal vez de tristeza, que empieza a invadir a los alumnos(as) ante la proxima finalización de su educaciòn Secundaria. Comentaremos hoy, sobre un proyecto titulado “Dejando huella” que se realizó en la Esc. Secundaria Gral. No. 3 “Martín González Vázquez” de Monclova, Coah. y que tiene el objetivo de fomentar el sentido de pertenencia, identidad y legado en los estudiantes próximos a egresar de la institución. El proyecto es una iniciativa artística y emocional dentro de la clase de Formaciòn Cívica y Etica, que invitó a los estudiantes de 3er. grado a dejar una marca simbólica y duradera en su escuela, a través de la creación colectiva de un mural con profundo significado. El mural se realizó sobre una pared de ladrillos, dentro de la institución. Cada ladrillo representa a un alumno(a), quien será responsable de pintar su nombre de manera creativa, utilizando colores, estilos y diseños que reflejen su personalidad, sueños o recuerdos. Este mural será un testimonio visual del paso de una generación por la escuela, una forma de honrar su historia compartida. Los objetivos del proyecto fueron: *Brindar un espacio para la despedida simbólica de la Secundaria y *Fortalecer el vínculo emocional entre estudiante y escuela. Cada alumno(a) diseñó de forma creativa su nombre, explorando colores, estilos, formas y símbolos que lo representan. Posteriormente, organizados en equipos, los alumnos trabajaron juntos, para crear un fondo multicolor sobre la gran pared de ladrillos seleccionada de la escuela. Este fondo representa la diversidad de la generación: una mezcla de personalidades, sueños y experiencias que, al unirse, forman una comunidad rica en matices y aprendizajes compartidos. A lo largo de cada etapa del proyecto, desde los bocetos hasta la pintura final, se percibe una melancolía compartida, una conciencia colectiva de que el final de esta etapa hermosa se acerca. Sin embargo, ese mismo sentimiento se transforma en gratitud y orgullo, al ver reflejado en el mural el paso de cada uno por la Secundaria. Cada nombre es una huella imborrable que habla de crecimiento, amistad, y momentos vividos en estos 3 años. Es un recordatorio de que, aunque se marchan, su presencia queda para siempre en los muros y en la historia de quienes los acompañaron. Tu, fuiste, eres o serás, el resultado del caminar por alguna(s) institución educativa… ¿Qué has hecho?, ¿que haces? o ¿que puedes hacer?, para que estas instituciones sean cada vez mejores.
