Directivos toman medidas emergentes por efecto “sauna”
Pacientes serán trasladados a antigua sala Covid, otros trasladados a hospitales públicos y privados de la Región Centro y el resto a cirugía a Monterrey
Por Iván Villarreal
La Prensa
Una contingencia climática sin precedentes obligará al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a desalojar los pisos 2 y 3 de la Torre B de la Clínica 7, donde permanecen más de 90 pacientes hospitalizados. La decisión se tomó ayer durante una reunión encabezada por Javier Guerrero, director de Operaciones y Avalúo del IMSS, junto a directivos médicos y de mantenimiento.
“Nuestro objetivo es garantizar la seguridad y el confort de los derechohabientes mientras sustituimos el sistema de refrigeración; no podemos exponerlos a temperaturas que rebasan los 40 °C”, declaró Guerrero tras el encuentro.
Traslados escalonados y rutas alternas
Pacientes estables serán reubicados en áreas COVID adaptadas como salas de hospitalización temporal.
De ser necesario, se empleará la red de hospitales públicos y privados de la Región Centro.
Casos críticos podrán trasladarse a Monterrey, Nuevo León, en coordinación con la Secretaría de Salud estatal.
La directora médica de la unidad, Dra. Alba Alejandra Santos, precisó que los traslados iniciaron anoche con apoyo de ambulancias del IMSS y Protección Civil:
“Habilitamos módulos de hidratación para familiares y personal; ningún procedimiento quirúrgico urgente se suspenderá”.
Plan de rehabilitación: tres semanas a contrarreloj
El jefe de Conservación explicó que la “casa de máquinas”, construida hace más de medio siglo, opera con cuatro chillers que suman 800 toneladas de capacidad, ya obsoletos. El plan inmediato incluye:
1. Instalación de un chiller de 300 toneladas (marca York) cuya colocación comenzó hoy y concluirá en tres semanas.
2. Incremento global a 1 200 toneladas con la sustitución escalonada de los cuatro equipos restantes antes de fin de año.
3. Modernización de siete elevadores —cinco OTIS y dos KONE—, cuyo proceso de fabricación e instalación se prolongará hasta el primer trimestre de 2026.
La inversión total supera 200 millones de pesos, de los cuales 156 millones ya estaban etiquetados para mejorar la infraestructura de todo el hospital.
Supervisión quincenal
Los funcionarios se comprometieron a regresar el 30 de junio para evaluar avances; la primera meta es reabrir parcialmente la Torre B a mediados de julio, siempre que el nuevo equipo entre en operación y se estabilice la temperatura interna.
¿Por qué se llegó a este punto?
En el IMSS existe un contrato nacional de mantenimiento a cinco años para equipos electromecánicos; sin embargo, la fabricación de piezas clave —como chillers y elevadores— tarda entre tres y seis meses, lo que complicó una reposición inmediata.
“Estamos recuperando capacidades institucionales tras años de subcontratación. Hoy el reemplazo es impostergable”, reconoció Guerrero.
Servicios continúan
Urgencias, áreas de quirófanos y la Torre A operan con aire acondicionado independiente y no se verán afectadas. El IMSS reiteró que los derechohabientes pueden acudir con normalidad para consultas y recetas, pero pidió comprensión ante posibles ajustes de horario en los pisos desalojados.
La prioridad, concluyeron los directivos, es “mantener la atención sin comprometer la salud de pacientes y trabajadores” mientras concluyen las obras de climatización.