En su homilía, el sacerdote pidió por el alma de Brisa, pero también por todas las niñas que siguen viviendo bajo violencia sin que nadie escuche su voz
Por: Karla Cortez
LA PRENSA
NUEVA ROSITA, COAHUILA. — “Quienes fuimos testigos de esta atrocidad, sentimos el deber de alzar la voz. Nadie debería morir de forma violenta. Pedimos por todas las Brisas que hoy viven bajo violencia y en silencio”, expresó el padre José Luis Hernández, durante la misa de cuerpo presente de Brisa Isela, celebrada en la iglesia de Guadalupe de Nueva Rosita.
El sacerdote lamentó profundamente los hechos que han estremecido a Nueva Rosita y a toda la Región Carbonífera. “Celebramos esta misa para pedirle a Dios por Brisa, por su alma, para que la tenga en su santa gloria. Era apenas una niña, y seguramente ya está con Él. Pero también pedimos misericordia para quienes cometieron este acto brutal”, añadió con firmeza.
José Luis Hernández también hizo un llamado a que la justicia no se limite al ámbito civil: “Ojalá las autoridades actúen con honestidad y profesionalismo. Pero también pedimos a un Dios justo que haga justicia a Brisa”.
El sacerdote fue enfático al señalar que la sociedad también carga con una parte de responsabilidad:
“Nos toca pedir por todas las niñas que viven presionadas, dañadas, que callan por miedo. El silencio también nos hace cómplices”.
Recordó que Brisa pidió ayuda muchas veces y encontró puertas cerradas. “Tuvo que aprender a golpearse, a defenderse sola. No es justo. Pedimos por todas las Brisas que hoy siguen viviendo así”.
Con voz serena pero contundente, el párroco concluyó su mensaje con un llamado a la conciencia colectiva: actuar, escuchar, proteger, antes de que sea demasiado tarde.