Tras dos meses en terapia intensiva, el sacerdote de Ramos Arizpe continuará en rehabilitación tras accidente
Alonso Crisante
LA PRENSA
SALTILLO, COAHUILA.– Luego de permanecer internado por dos meses en la unidad de cuidados intensivos, el padre Felipe Martínez, párroco de la comunidad de San Juan en Ramos Arizpe, recibió el alta médica este viernes y ha comenzado una nueva etapa de recuperación bajo estricta supervisión médica.
El sacerdote fue hospitalizado tras sufrir un accidente automovilístico en el municipio de Arteaga, situación que lo mantuvo en estado delicado durante semanas y que requirió atención médica especializada, monitoreo constante y tratamiento intensivo. Durante este tiempo, su estado de salud fue motivo de preocupación tanto para la comunidad religiosa como para sus feligreses, quienes mantuvieron constantes oraciones por su recuperación.
A través de un comunicado oficial, la Diócesis de Saltillo confirmó la alta hospitalaria y expresó su profundo agradecimiento al personal médico y de enfermería que acompañó al padre Felipe durante su hospitalización. “Agradecemos sinceramente al personal médico y de enfermería que, con dedicación y entrega, acompañaron al padre Felipe durante este tiempo”, señaló la institución.
Aunque su salida del hospital representa un avance importante, la Diócesis puntualizó que la recuperación del sacerdote está lejos de concluir. Actualmente se encuentra en fase de rehabilitación, la cual, de acuerdo con el informe, será prolongada y se desarrollará inicialmente en cama.
Asimismo, el comunicado destaca la fortaleza emocional y espiritual del párroco, quien ha afrontado con valentía cada etapa de su convalecencia. La Iglesia hizo un llamado a la comunidad diocesana para mantener la oración constante por la salud del padre Felipe, especialmente por el restablecimiento de sus fuerzas físicas y su eventual regreso a la vida pastoral.
Por ahora, su labor como párroco permanece suspendida temporalmente, mientras continúa con su tratamiento para alcanzar una recuperación total. La comunidad eclesiástica permanece atenta y unida en solidaridad con el sacerdote que por años ha sido una figura cercana y comprometida con su parroquia.