El padre Cristian Figueroa Martínez, párroco de la comunidad de San Antonio de Padua en Monclova, se encuentra en Roma participando en el Jubileo de los Jóvenes, como parte del Año Jubilar convocado por el Papa Francisco. Esta celebración mundial reúne a miles de jóvenes de diferentes países, así como a sacerdotes, catequistas, misioneros y otras pastorales que forman parte de esta gran fiesta de fe. El sacerdote monclovense compartió que recibió una invitación especial para asistir, sin haberlo planeado previamente, y decidió emprender el viaje junto con un grupo de 54 peregrinos provenientes de Saltillo, entre ellos dos feligreses de su parroquia.

Durante su estancia en Roma, el padre Cristian ha vivido días intensos marcados por el sacrificio, pero también por una profunda conexión espiritual. “Dormimos en el suelo, pasamos frío, hambre y lluvia, pero todo ha valido la pena con tal de vivir este encuentro con el Santo Padre”, relató con emoción. Uno de los momentos más significativos fue la velada con el Papa, donde el Pontífice respondió a tres preguntas hechas por jóvenes, con palabras que describió como “muy atinadas, alentadoras y certeras”. Estas palabras fortalecieron su vocación y le dieron una renovada energía para continuar su labor pastoral.

Entre las anécdotas más emotivas, el sacerdote narró que intentó entregarle al Papa un sarape confeccionado especialmente para él, como símbolo del cariño del pueblo mexicano. “Durante la misa de clausura le grité con fuerza ‘¡Santo Padre, México!’, y él volteó a verme, me preguntó si era para él”, recordó. Aunque los guardias no permitieron la entrega directa, ese breve intercambio fue suficiente para dejarlo profundamente conmovido. “Ese gesto, entre más de un millón de personas, me llena el alma. Fue un momento único que jamás olvidaré, sentí el abrazo de Dios a través de su mirada”, expresó.

Otro momento destacado del Jubileo fue el anuncio de la próxima canonización del beato Carlo Acutis, programada para el mes de septiembre. El joven italiano, fallecido a los 15 años, se ha convertido en ejemplo de vida para las nuevas generaciones por su amor a la Eucaristía y su uso de la tecnología al servicio del evangelio. “El Papa nos recordó que encontrarse con Jesús transforma todo, pero es una decisión voluntaria y personal”, explicó el padre Cristian. Desde Roma, se dijo feliz, agradecido y comprometido a seguir sirviendo a su comunidad, inspirado por este encuentro con el Vicario de Cristo y la fuerza del testimonio de tantos jóvenes reunidos por la fe.