Cada vez es más fácil adquirir una motocicleta
Esta facilidad para desplazarse libremente, se convierte también en una peligrosa puerta de entrada a tragedias en las calles
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
Con apenas 800 pesos en la mano, cualquier persona incluso un joven de 18 años sin experiencia al volante puede salir de una tienda de cadena nacional conduciendo una motocicleta nueva; esta facilidad, que para muchos significa libertad, se ha convertido también en una peligrosa puerta de entrada a tragedias en las calles.
Lo mismo ocurre con las motonetas eléctricas, cuyo precio de alrededor de 7 mil pesos y la ausencia total de regulación las convierten en un medio de transporte accesible para cualquiera, sin necesidad de placas de circulación ni trámites complicados.
La adquisición casi inmediata de estos vehículos, sin exigir cursos de manejo ni conocimientos de seguridad vial, ha llenado las avenidas de motociclistas novatos que, en muchos casos, desconocen las normas básicas de tránsito.
En el caso de las motonetas eléctricas, la situación es todavía más riesgosa, pues su uso queda fuera del marco legal, lo que impide un control real sobre quién y cómo las maneja.
En la práctica, esta apertura se ha traducido en un aumento de accidentes viales donde los protagonistas son conductores inexpertos, la combinación de velocidad, desconocimiento y la vulnerabilidad propia de una motocicleta crea un escenario mortal.
Autoridades y expertos coinciden en que esta es una bomba de tiempo que, lamentablemente, ya está cobrando vidas, tan solo en lo que va del mes, dos jóvenes motociclistas han perdido la vida en accidentes fatales registrados en la región.
Las víctimas, que apenas comenzaban su vida adulta, quedaron marcadas como parte de una estadística que crece silenciosa, pero constante.
Autoridades de seguridad vial urgen a establecer medidas inmediatas: capacitaciones obligatorias antes de otorgar un crédito, controles más estrictos para la venta y regulación formal de las unidades eléctricas, de no hacerlo, advierten, los accidentes seguirán multiplicándose y las cifras de jóvenes muertos en el asfalto continuarán escribiendo una trágica realidad.