Cargado con pesadas ruedas de ferrocarril frena bruscamente al atravesarse camioneta. La violencia del choque provocó que los amarres de la carga reventaran y las gigantescas ruedas de acero salieran volando como proyectiles
Manolo Acosta
LA PRENSA
Lo que parecía una mañana tranquila terminó en minutos de terror en el entronque de la Carretera Federal 57 y el Libramiento Eliseo Mendoza Berrueto, donde un accidente digno de película de acción puso en riesgo la vida de decenas de automovilistas.
Un tráiler cargado con enormes ruedas de ferrocarril circulaba por el lugar cuando una camioneta se cruzó repentinamente en su trayecto. El operador del pesado vehículo no tuvo tiempo de reaccionar y se produjo un brutal impacto que cimbró toda la zona.
Pero lo más peligroso apenas comenzaba, la violencia del choque provocó que los amarres de la carga reventaran y las gigantescas ruedas de acero salieran volando como proyectiles y algunas rebotaron en el camellón central, otras rodaron sin control entre los carriles, convirtiendo la carretera en un mortífero campo.
Conductores frenaron de golpe, otros se orillaron desesperados para evitar ser arrollados por los aros metálicos que avanzaban como si fueran bolas de demolición. Por un momento, el caos reinó en el lugar.
El escenario era devastador: la camioneta destrozada, el tráiler atravesado obstruyendo la vía y la carga regada por doquier. A simple vista parecía que la tragedia era inevitable, sin embargo, ocurrió lo impensable: no hubo muertos ni heridos graves. Una auténtica milagrosa salvación en medio del desastre.
Elementos de emergencia y autoridades viales llegaron de inmediato para controlar la situación, cerrando momentáneamente la circulación y retirando los peligrosos restos de la escena.
El incidente dejó una advertencia clara y contundente para todos los conductores: en carretera, un segundo de imprudencia puede desatar el infierno.