
El empresario Ricardo Antonio Vega Serrador, implicado por las autoridades federales con operaciones de la mafia rumana, rechazó tener nexos con ese grupo criminal, pero reveló que la UIF le congeló 270 cuentas bancarias de sus empresas de los giros inmobiliario, gasolinero, restaurantero, entre otros.
El llamado “Zar de la gasolina” y propietario de una de las colecciones de Ferraris más grandes del mundo admitió que hizo una transacción con Francisco Evodio Garibay Osorio –ex director del Instituto del Patrimonio Inmobiliario de la Administración Pública de Quintana Roo (IPAE)– al venderle “Inmobiliaria Crisantemos”, que entre sus acciones incluía un inmueble, tal como informó ayer REFORMA.

Ese inmueble fue vendido por Garibay a un socio de Florian Tudor, a quien las autoridades señalan como líder de la mafia rumana.
“Todas las personas que estuvieron relacionadas en algún momento directa o indirectamente con los rumanos tienen congeladas las cuentas por UIF”, explicó.