
Por Gloria Jaramillo
Una típica casa norestense con anchas paredes de adobe y techo de terrado es el escenario ideal para degustar unos huevos estrellados montados sobre chilaquiles verdes o rojos, un par de enchiladas encacahuatadas, y finalizar con un french toast compota roja (pan brioche, plátano, polvo de nuez y compota de fresa). Y para acompañar un café latte lavanda, de entre las muchas variedades de esta bebida que aquí se pueden disfrutar.
Del Carlota Panadería encierra en sus paredes parte de la historia, la cultura y la magia de Cuatro Ciénegas. Su interior es una narrativa de las cualidades de la tierra de Venustiano Carranza y una muestra del genio decorativo de su propietaria, Doris Garza Lugo.
Sobre la calle principal que lleva a la presidencia municipal de este pueblo mágico se erige una fachada que conserva sus características originales, allí se ubica Del Carlota Panadería, armonizando con el resto de construcciones en el casco principal de Cuatro Ciénegas, en la calle Presidente Carranza 206.
Cruzar el umbral de la puerta principal es iniciar una experiencia no sólo culinaria sino además visual y nostálgica. Atesora en sus rincones la vitrina de la abuela, la máquina de coser de la tía, las sillas malinche que rodean las mesas en el salón de la entrada.
Más allá un ancho mostrador de 1890 que pertenecía a una tienda en Esmeralda, Coahuila y el antiguo ventanal curvo de hierro forjado empotrado sobre una de las paredes del segundo salón, y que enmarca un luminoso candelabro.
Los cuadros al óleo colocados a lo largo del establecimiento son un referente de las bellezas naturales de Cuatro Ciénegas: los lirios acuáticos que flotan en las pozas, los paisajes desérticos, las azuladas montañas y las higueras que encuentran en esta zona las mejores condiciones para ofrendar sus frutos.
Todas estas obras son de artistas locales, incluida la propietaria de Del Carlota, Doris Garza, quien cursó su carrera profesional en el Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterrey, con especialidad en Diseño de Interiores, lo cual le dio las bases para explorar las artes plásticas.
LA SORPRESA: EL BRUNCH
Del Carlota ofrece en su brunch Chilaquiles Rojos, con la opción de agregar cortadillo, Chilaquiles Verdes, Chilaquiles con Pollo, Huevos Divorciados acompañados por una quesadilla frita y aguacate, Mollete de Barbacoa en pan campesino, Avocado Toast con pan brioche, arugula, aguacate y huevo al gusto, Machacha Toast con pan brioche, machacado y aguacate. Enchiladas Rojas, Enchiladas Suizas y Mollete de Barbacoa de la casa.
Luego vienen las delicias de la panadería: Frenc Toast Chocolate Caramelo en pan brioche, blueberry, Brownies, palomitas caramelizadas y salsa de carmelo, y el French Toast.Compota Roja.
Dentro de la panadería hay con una cafetería del prestigiado café Folca, entre las posibilidades está el Expreso, el Americano, Capuchino Italiano, Café Latte de Lavanda, Latte de Horchata y el café frío.
AMBIENTE QUE ARROPA
Doris Garza Lugo explica de Del Carlota Panadería nace de la necesidad de ofrecer a los clientes del hotel una opción para desayunar, almorzar, merendar o cenar. Se encuentra a media cuadra del hotel Doña Carlota, también con una historia antigua, pues originalmente allí eran las caballerizas de don Venustiano Carranza.
“Esperando que acabara la pandemia y reunir los elementos que queríamos es como se abre la panadería, me gusta mantener el sentido de la antigüedad, pero a la vanguardia con el servicio”, explica la propietaria.
El sentido de antigüedad lo da la propia vetusta construcción las sillas malinche que se usaban hace décadas en cualquier sala de estar, y elementos que visten las paredes o bien son parte del mobiliario.
“Esta es la experiencia que se busca, como que me traslado a la casa de la abuela, de la tía abuela, el estar a gusto, el cafecito, el panecito, a gusto”, comparte.
En Panadería del Carlota el brunch es desde las 8:30 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Después de las 4 de la tarde se pasa al café y el pan.
“Hay clientes que todavía nos piden algo de cena, cerramos a las 8 de la noche. Más adelante queremos meter pizas aquí o a domicilio”, explica.
En las diferentes salas se pueden llevar a cabo reuniones sociales o de trabajo, ya que permiten cierta privacidad.
“Deseamos dar un buen servicio a los visitantes o turistas, que tengan un buen lugar para visitar”, expresa.
POR AMOR A CUATRO CIÉNEGAS
Doris Garza Lugo es cieneguense por nacimiento y elección. A partir de los 5 años vivió en Monterrey, allá se casó y tuvo a sus hijos, pero la familia regresó a Cuatro Ciénegas.
Fue Directora de Conagua y estuvo a cargo del área de Educación Ambiental, desde allí empezó a hacer un reconocimiento de los lugares de Cuatro Ciénegas, misión compartida con su esposo Gilberto González Arocha, y actualmente su principal colaborador en Del Carlota.
Pocos creían en el potencial de Cuatro Ciénegas cuando ella decide abrir una agencia de servicios turísticos, se da de alta como guía turística, y aquí se van involucrando otros cieneguenses quienes adoptan esta vocación turística, entre ellos los trabajadores de los corrales y los taxistas. Posteriormente fue Directora de Turismo.
Sin duda su aportación más importante para Cuatro Ciénegas fue haber hecho la gestión, los trámites y todo lo necesario para que fuera nombrado Pueblo Mágico en el año 2009. De entonces a la fecha el cambio ha sido impresionante: de 3 hoteles con los que contaba ahora hay 45, con casi 400 habitaciones y hay una diversificación de la oferta turística. Esta es una de sus mayores satisfacciones.