
SALINAS VICTORIA, NL.-Faltaban 15 minutos para las 5:00 horas cuando Avenida Aguilar Martínez, dentro de su casa, escuchó una explosión en el kilómetro 22 de la Carretera a Colombia, en Salinas Victoria.
«Oí los tronidos, fueron tres», contó la vecina, «salí hasta el portón y vi las llamaradotas enormes».
Vio una pipa que trasladaba diésel ardiendo en medio de la carretera, mientras un camión de la Ruta 685 estaba volcado a un lado de la vía.
Las autoridades confirmarían más tarde la magnitud de la tragedia: 10 hombres y una mujer que iban en el camión urbano murieron, y siete personas más resultaron heridas.
Loncheras y bolsas de plástico con objetos personales quedaron regadas entre fierros y asientos cubiertos de sangre.
La extracción de los cuerpos concluyó cerca del mediodía.
Jennifer Márquez llegó al lugar y dijo que el conductor del camión urbano era su esposo José Luis Aparicio Solano, quien vivía en la Colonia Bosques de los Nogales.
La Fiscalía General de Justicia no había determinado las causas del accidente ni había identificado al responsable del choque.
Pero de manera extraoficial se dijo que el conductor de la pipa es considerado como presunto responsable, porque supuestamente huyó del lugar y no había sido localizado.
«No hay ningún resto (humano) en el interior de la pipa hasta este momento», informó Miguel Perales, director de Protección Civil del Estado, «no se visualizó ni en el interior ni en el exterior».
En un comunicado, el Estado reportó a las 18:00 horas que sólo se había identificado de manera oficial a cuatro de las 11 víctimas, pero no divulgó los nombres.
Trascendió que la pipa, con capacidad para 40 mil litros, procedía de Matamoros, Tamaulipas, y se dirigía hacia el norte a los patios de una empresa ubicada en el kilómetro 30 de la Carretera a Colombia. Y el camión iba hacia a sur, a Monterrey.
El impacto frontal se registró en una curva donde ya han ocurrido otros accidentes.
Durante casi ocho horas fue cerrada la carretera, lo que provocó una fila de 15 kilómetros.