
Por Antonio Zamora
Déjale a tu hijo alguna raíz con nudo, y alguna ala sin amarre. No lo presiones hasta el punto de que el vaso se rebose y quede vacío…
Deja que se evaporen las locuras de ayer, y mételo en la esperanza tentadora del mañana. Sé más estrella que cerrazón de noche…
Dale una cercanía que no lo limite, y una supervisión que no lo acorrale. Dale luz de tu pensamiento, más que la ira de tu enojo…
Dale la serenidad de tu alma, más que la inquietud de tus dudas y temores. Dale soluciones, más que recriminaciones…
Dale un espacio y un perdón, no una jaula de castigo donde sus alas solo den aletazos de rencor…
Dale fe en sí mismo, para que sólo, pueda mover sus sentimientos. No le exijas sobresalir. No lo compares con nadie…
No achiques la estima de si mismo aunque falle, ni lo supervalores porque acierte…
La madre no perdona como el mundo. Ella absuelve. No renuncia a la venganza, sino acepta la página en blanco para empezar de nuevo…
Dale explicaciones a sus desasosiegos. Generosidad a su egoísmo. Protección a su vida y nunca lo separes de tu corazón…
Todo el que vive a tu lado te da algo de sí mismo, y a la vez recibe ese reflejo tuyo que irradia lo que eres…
Por eso, todo lo que te gustaría ver en él, dáselo con tu solidez, con tu alma, con tu amor, con el ejemplo de tu vida…
Déjale tu reposo a su intolerancia, tu calmada reflexión al atolondramiento de sus años, y razones bien fundamentadas como un detonador de justicia…
No discutas por todo, dándole al hogar un sabor de amargura, mejor dale un beso y llénalo de luz…
Alguna vez pregúntale: ¿Tuvo material mi vida para enseñarte todo lo que quisiera que fueras?
La madre es la mejor carpintera del edificio de su hijo, la que sabe como ensamblar todos los elementos para hacerlo resistente…
La que sabe donde apretar las tuercas y donde abrir los espacios para que entre el sol…
Dar hasta que duela, y cuando duela todavía más”. Es una celebérrima sentencia de la Madre Teresa de Calcuta…
Y durante siglos el budismo lo advirtió: “Si quieres ser feliz, practica la compasión”…
Fueron innumerables las personas que, desde la autoridad de sus propios actos, proclamaron el poder que tienen la entrega, la generosidad, la renuncia…
Sin embargo hace poco tiempo que la ciencia lo ha corroborado…
Estudios empíricos dan cuenta de que la generosidad y los actos de servicio desinteresado disminuyen los síntomas de depresión, angustia y tristeza…
Sonia Lyubomirsky , doctora por la Universidad de Harvard, profesora de la Universidad de California y una de las más reconocidas investigadoras de la felicidad…
Considera que uno de los factores determinantes para ser feliz es la práctica del altruismo, y la práctica cotidiana de la bondad desde los más sencillos actos…
En su libro “La ciencia de la felicidad”, Lyubomirsky publica el resultado de más de 20 años de investigaciones…
E incluye allí una suerte de “medidor”, llamado el Cuestionario de Oxford sobre la Felicidad, al que considera un punto de partida para el avance…
La autora propone hasta 12 actividades, y se aprecia cuán importante es ser dadivoso:
1. Expresar gratitud…
2. Cultivar el optimismo…
3. Evitar pensar demasiado (con un sentido trágico) y evitar la comparación social…
4. Practicar la amabilidad (“la verdadera felicidad consiste en hacer felices a los demás”, Dalai Lama)…
5. Cuidar las relaciones sociales (empezando por la pareja; otro psicólogo, John Gottman afirma que “las parejas que funcionan bien dedican más de 5 horas a la semana a hablar entre ellos y generan cinco emociones positivas por cada negativa; admiración, agradecimiento y afecto)…
6. Desarrollar estrategias para afrontar la vida (resiliencia, serenidad, aguante).
7. Aprender a perdonar (el valor del perdón, que no es reconciliación, ni indulto, ni condonación, ni excusarse ni negar el daño)…
8. “Fluir” más.
9. Saborear las alegrías de la vida (disfrute; estar abiertos a la belleza y a la excelencia).
10. Comprometerse con los propios objetivos…
11. Practicar la religión y la espiritualidad…
12. Ocuparte de tu cuerpo y de tu alma: meditar, actividad física, actuar como una persona feliz…
NOS LEEMOS MAÑANA…