
Por VIANEY ESQUINCA
Victimización
“Existe una estrategia política en contra nuestra para que el movimiento de transformación no tenga mayoría”
“No soy yo, eres tú que quieres detener la transformación del presidente López Obrador”, esta frase se ha convertido en el mantra de las y los morenistas que son señalados por ineptos o transas. No importa la acusación, siempre recurrirán al mismo estribillo porque han encontrado en la victimización la fórmula perfecta para sacudirse cualquier imputación.
Desde que saltó a la vida pública, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha buscado y encontrado a un enemigo que, según él, quiere bajarlo o detenerlo. Esto no cambió cuando asumió la Presidencia, al contrario, se exacerbó más. Si algo no le sale como él esperaba nunca es culpa suya o de su equipo, sucede porque “quieren a como dé lugar frenar, detener la transformación” que él encabeza.
Esta semana, el subsecretario Hugo López-Gatell dio cátedra no sólo de cinismo, sino de cómo se puede usar esta máxima morenista para sacudirse cualquier acusación. México llegó a más de 200 mil muertes oficiales —sin contar el subregistro— por covid-19 y, por supuesto, el funcionario de Salud se dedicó a denostar a los medios porque seguramente harían noticia de esa cifra: “estos medios que representan diversos grupos de interés económico y político, que están en contra de los cambios que están ocurriendo en esta etapa de gobierno”.
La transformación es el pretexto para López-Gatell, con la anuencia del Presidente, de que haya fracaso en el manejo de la pandemia sin perder su honorabilidad y su reputación, tal y como sucedía con los corruptos de antes.
Otro caso dramático fue el de la candidata de Morena al gobierno de Nuevo León, Clara Luz Flores, de quien filtraron un video en el que se demuestra una clara cercanía con el líder de la organización NXIVM, Keith Raniere. A pesar de la evidencia, ella aplicó la de: niegue-que-fue-a-la-fiesta-aunque-le-encuentren-confeti-en-los-calzones y dijo que sólo había tomado un curso de superación personal, que, evidentemente, no le sirvió.
La candidata siempre podrá acudir a Profeco, junto con Mario Delgado, porque engañó al consumidor, o recurrir, como lo hacen todos los días, a señalar que les están haciendo una campaña de desprestigio debido a que, ajá, “quieren detener la transformación que encabeza el presidente López Obrador”.
Morena ha infringido la ley electoral, no sólo utilizando mayoría ficticia en la Cámara de Diputados, sino que también se han querido pasar de listos haciendo precampañas sin reportarlas. El INE ha tomado decisiones colegiadas para regresar al partido a la legalidad y por eso el jueves bajó, entre otros candidatos, a los abanderados del gobierno de Michoacán y Guerrero, Raúl Morón y Félix Salgado Macedonio.
Como era de esperarse, y para no variar, nuevamente utilizaron la victimización como maniobra de respuesta: “existe una estrategia política en contra nuestra para que el movimiento de transformación no tenga mayoría en la Cámara de Diputados”.
Así que todo el gobierno federal ya lo sabe. Si a la Secretaría de la Función Pública le tiran sus casos e inhabilitaciones porque no los sustenta bien legalmente, equivocándose casualmente con los amigos del Presidente, como el hijo de Manuel Bartlett o Carlos Lomelí, no es por incompetente, sino porque los jueces “quieren detener la transformación que encabeza el presidente López Obrador”.
Si no pueden abastecer de medicamentos al sistema de salud del país, no es que sean inútiles, sino que la gente se sigue enfermando, porque “quiere detener la transformación que encabeza el presidente López Obrador”.