Por Francisco Tobias
El proceso de globalización cada vez es mas grande, mas fuerte y se desarrolla, por increíble que parezca, a una velocidad cada vez mayor, existen procesos económicos que gracias a la globalización tenemos la oportunidad de acceder a mercancías que nos ayudan a satisfacer nuestras necesidades, pero este mismo fenómeno de integración mundial permite que países o economías puedan acceder a mercados laborales más redituables para sus trabajadores, para la fuerza de trabajo, por medio de la inversión extranjera directa.
La inversión extranjera directa es el monto de dinero que empresas del resto del mundo destinan en plantas productivas, ya sea en nuevas líneas de producción o bien en ampliar las ya existentes.
Las empresas en un sistema capitalista, como es en el que vivimos en México y en la inmensa mayoría de los países del orbe, tienen como objetivo principal la maximización de utilidades, por este motivo consideran varios factores económicos, demográficos, sociales, culturales y hasta políticos para realizar inversiones.
México tiene un conjunto de grandes ventajas competitivas demográficas ante el resto de mundo como lo son los 3,145 kilómetros de frontera con la aún economía más grande del mundo, sin olvidar los 9,600 kilómetros de litoral, además de la diversidad climática que tenemos a lo largo y ancho del país, sin olvidar que somos un país de jóvenes.
Nuestras ventajas competitivas económicas son los tratados de libre comercio que tenemos, la mano de obra calificada con la que contamos ya sea para la producción de bienes y/o servicios.
La inversión extranjera directa en México ha disminuido según datos de la secretaría de economía, en el 2018 se invirtieron en nuestro país 31 mil 604.3 millones de dólares, más de 6% respecto al 2017, en el 2019 fue de 32 mil millones de dólares para el año 2020 el monto se redujo en más de 3mil millones de dólares para ubicarse en 29,075 millones de dólares, lo alarmante de esta situación es que por segundo año consecutivo México quedó fuera de la élite de 25 países para la inversión extranjera directa, según información que desde hace 23 años genera la firma Kearney. Y es que esta consultora internacional considera ciertos factores en los cuales, desafortunadamente, no hemos sido capaces de sobresalir como la tecnología, la innovación, la transparencia y la facilidad de pago de impuestos.
Nos falta mucho para recuperar el terreno cedido a otros países o economías. Cierto que se han acrecentado algunas desventajas como el tema de la seguridad, la corrupción, la falta de modernización de la infraestructura carretera, ferroviaria y aeroportuaria, el rezago en la educación, en la tecnología. Sin embargo, no podemos olvidar que tenemos un gran aliado, la mano de obra la cual además de ser mas barata que en otros países es de gran calidad y es certificada.
La IED contribuye a la generación de empleos, al crecimiento y desarrollo de las economías, no podemos cerrar los ojos ante la realidad, no podemos volver a encerrarnos dentro de nuestras fronteras, no podemos perder la oportunidad de volver atraer inversión extranjera.