El arranque
Los partidos, el Estado, ¿no han aprendido nada de las causas feministas presentes en el mundo? Con los antecedentes de corrupción, ¿en verdad Maru Campos puede seguir en campaña? ¿Para qué entonces se han impuesto reglas que aseguren que quienes busquen el voto popular son personas íntegras?
Yuriria Sierra
Cada proceso es el más grande de la historia; pero, ¿qué tiene este en especial? Tenemos a quienes no deberían ocupar un espacio en la contienda: el presunto agresor acusado (cinco veces) de violación, pero también a la señalada de embolsarse dinero del erario del estado que busca gobernar. Tenemos al otrora obispo, cercanísimo a las cúpulas de poder en décadas previas, deseando ser diputado plurinominal, dar misa no es lo mismo que hacer campaña, pensará. También está quien fuera galán de telenovelas en los 80 y 90 en medio de un escándalo por un audio filtrado en el que asegura que “de esos 40 millones, nos chingamos 25; así son los negocios, porque no van a llegar a la mayoría de diputados en la Cámara. Necesitan agarrar…”. “Es una campaña de desprestigio…”, aseguró. Está el aspirante regio que avanzó varios puntos en la más reciente encuesta, sus polémicas en redes sociales comienzan a rendir frutos. La excandidata presidencial que regresó a su punto de partida para que la hagan legisladora otra vez. De igual forma, están los diputados y senadores que aprovecharán las modificaciones a las leyes electorales para quedarse otro periodo, la reelección que por años estuvo impedida.
Y las anteriores no son características menores. En un contexto como el que vive nuestro país, ¿habríamos pensado que Félix Salgado Macedonio seguiría figurando en el mapa político nacional? Los partidos, el Estado, ¿no han aprendido nada de las causas feministas presentes en el mundo? Con los antecedentes de corrupción, ¿en verdad Maru Campos puede seguir en campaña? ¿Para qué entonces se han impuesto reglas que aseguren que quienes busquen el voto popular son personas íntegras? Hasta Onésimo Cepeda, con el perdón de su Dios, romperá las reglas que le impiden buscar una curul. Alfredo Adame, por ejemplo, estrena su campaña con un escándalo de corrupción, qué rápido se instaló en su papel.
Margarita Zavala regresó a Acción Nacional y ofrece una agenda de protección de los derechos de las mujeres, pero su partido hace unas semanas se sumó a las protestas e intervenciones frente a Palacio Nacional, pero suprimió las consignas en favor del aborto. Y un largo etcétera de personajes que nos inundarán las próximas semanas con spots y mensajes que nos insten a votar por ellos. La enorme pregunta es, ¿ésta es la ruta que debe seguir nuestro país? Al momento, no hay un proyecto político que le esté apostando a una nueva narrativa. Está la 4T y quienes le apuestan a todo aquello a lo que el Presidente le da la espalda. La mayoría de los casos, sólo para el like y la RT fácil. Se trata de hacer política, sí, pero nos están condenando a lo mismo. Los spots del PRI y del PAN son devastadores, no dan señales de haber entendido las razones por las que ya no están en el poder. Si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene ya facturas que pagar, ¿qué tanto contribuyeron ellos, con sus años administrando el país, para que el voto se haya decantado como lo hizo hace tres años? Hoy tendríamos que estar hablando de una política en proceso de renovación, no de una campaña donde las mismas figuras y los mismos grupos buscan recuperar lo que ya tuvieron y que no supieron operar. Es claro que no han entendido nada ni de un lado ni del otro, nos toca a los ciudadanos hacérselos ver.