Por Rocío de Jesús
En el Domingo de la Divina Misericordia, la Iglesia Católica exhorta a la comunidad a compartir las bendiciones con el prójimo y estar atento a las necesidades de otros, atendiendo el llamado de Cristo a sus seguidores: ser misericordiosos.
A través de un comunicado, el Obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, exhorta a la comunidad de creyentes a seguir el ejemplo de Jesús.
A una semana de su resurrección, Jesús se presenta en medio de los Apóstoles y los saluda con la paz que procede de Dios. Esta paz los llena de alegría y los anima para dar testimonio del Señor.
Junto con la paz, los Apóstoles reciben el envío para continuar la misión de Jesús y al Espíritu Santo para perdonar los pecados.
“Así nosotros, en nuestros días, hemos de continuar la misión que el Señor nos confía de hacer llegar su misericordia y su paz a todas las personas. Hoy tenemos un especial compromiso de ser verdaderos creyentes en Jesús, reproduciendo en nuestras comunidades los rasgos de quienes son dichosos por la fe en Cristo, de ser personas de paz y comprometidas con las necesidades de nuestros hermanos”.
El relato de la primera comunidad de creyentes que hoy escuchamos nos da ejemplo de cómo podemos vivir ese compromiso: con un solo corazón y una sola alma, compartiendo las bendiciones que Dios nos da para que nadie pase necesidad.
Proclamemos con nuestras palabras y nuestras actitudes que la misericordia del Señor es eterna, que su bondad se hace presente para auxiliarnos en la necesidad y protegernos en el peligro.
Demos buen testimonio de que hemos nacido de Dios, que lo amamos y cumplimos su mandamiento de amar a los demás como Jesús nos ama, de ser misericordiosos como Jesús es misericordioso.
Que este tiempo de Pascua sea ocasión para recibir la misericordia del Señor y compartir con los demás las bendiciones de la Resurrección del Señor. Seamos personas de fe, portadoras de la misericordia y la paz que proceden de Dios.