
CIUDAD DE MÉXICO.- A las ocho de la mañana, hora a la que normalmente inician las clases, miles de maestras y maestros de Coahuila, Chiapas, Nayarit, Tamaulipas y Veracruz llegaron puntuales a los centros de vacunación para recibir la primera dosis contra el Covid-19.
Destacaron las largas filas de docentes, pero también la organización. Las cinco entidades instalaron macro centros hasta donde llegaron los profesores; algunos tuvieron que viajar más de tres horas.
En Coahuila se instalaron nueve sedes. Se habilitó el Centro de Convenciones Torreón para inocular al personal de las escuelas de la entidad.
“Es una esperanza”
Imelda Jobe Delgado, una maestra de preparatoria, simplemente no creyó cuando les informaron que esta semana le tocaría la inmunización al personal de las escuelas.
“Para los ancianos fue mucho trámite, edades, registros, y miraba que no alcanzaban las vacunas. No lo puedo creer que nos están vacunando a los maestros”, compartió la docente de la institución educativa Meze, de Torreón, después de recibir la dosis de la farmacéutica CanSino.
La maestra se mostró entusiasmada por la vacunación: “Ya queremos regresar a clases. No sólo los alumnos, también los maestros”, reveló.
Agregó que nada se compara con contactar a los alumnos y alumnas y verlos a los ojos. Por eso cuando logró que la inyectaran, no dudó en decir que están listos para regresar a clases presenciales “con muchas ganas”.
“Para mí es una esperanza de que pronto regresen las clases presenciales”, coincidió desde otro punto, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, la maestra Elizabeth Pérez, segundos después de recibir la inyección.
Aún con algodón en el brazo, la profesora de primaria manifestó su alegría: “Me siento contenta y con más seguridad”.
En el Polyforum Victoria, una de las sedes instaladas en Tamaulipas, el orden y la organización estuvieron por encima de las escenas que se observaron en medios de comunicación durante las jornadas de vacunación de adultos mayores en el país.
“Es impresionante cómo se ha llevado el proceso aquí. A mí me tocó llevar a mi mamá a un CBTIS y era un caos, con mala información”, señaló la maestra Gloria Mendoza mientras esperaba su turno.