CIUDAD DE MÉXICO.- En San Lázaro, la historia parece repetirse, sólo que en circunstancia y actores diferentes. Han pasado 16 años desde aquel 7 de abril de 2005, cuando la Cámara, con la mayoría del PAN y del PRI, afirmó que el entonces jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, cometió un delito al abrir una calle, por lo que era acreedor a que se le retirara la inmunidad procesal como funcionario público y que fuera puesto a disposición de las autoridades judiciales.
Aquella mañana de jueves, el hoy Presidente aseguró desde un atril improvisado, a los pies de la máxima tribuna del país, que su desafuero fue tramado desde Los Pinos y acusó como autor intelectual a Vicente Fox (PAN).
En la antesala de su desafuero les dijo a los diputados: «Ustedes me van a juzgar, pero no olviden que a ustedes y a mí todavía falta que nos juzgue la historia».
Al finalizar su discurso, todos los diputados de la entonces oposición, PRD, PT y MC, saltaron eufóricos desde sus curules para aplaudir a López Obrador, ante la mirada seca y fría de los panistas y priistas.
Hoy, 16 años después, las circunstancias cambiaron. Los panistas, que tenían la abrumadora mayoría, hoy acusan que desde Palacio Nacional y por un capricho presidencial se ordenó el desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García, por haber defraudado al fisco por 6 millones 500 mil pesos.
Muchos de los que se quejaron —en aquel 2005— de la utilización política de las instituciones, y que pertenecían al PRD y PT, hoy pertenecen a Morena y con su aplastante mayoría decidieron retirarle el fuero al panista, para que comparezca ante un juez por los presuntos delitos de delincuencia organizada, «lavado» de dinero y defraudación fiscal.
En 2005, el pleno de San Lázaro estaba repleto de legisladores, asesores e invitados. Este viernes todo fue diferente, pues hay pandemia y la sesión se tuvo que desarrollar semipresencial.
El gobernador fue desaforado con el voto mayoritario de la 4T, a través de sus celulares.
El pleno no tenía ni 150 diputados presentes afines a Morena y los 302 votos a favor del dictamen se emitieron a través de sus dispositivos electrónicos.
Fue a las 17:27 horas cuando la presidenta de la Cámara, Dulce María Sauri (PRI), dio por terminadas todas las participaciones y abrió el tablero de votación.
Sólo habían transcurrido unos segundos y, de inmediato, se registraron 190 votos a favor de retirarle la inmunidad procesal penal al mandatario estatal. Cuando se rebasaron los 294 votos, se escuchó un grito de una diputada de Morena: «¡Viva México!». Sus compañeros, con aplausos incluidos, arengaban: «¡Es un honor estar con Obrador!».
Pero los panistas no se quedaron atrás y acusaron a la administración de López Obrador de ser un «narco-Estado».
Fue una sesión diferente, con ánimos de nostalgia, pues fue el último día del periodo ordinario de sesiones de la 64 Legislatura. También fue el día en el que la historia se repitió 16 años después, y en el que la bancada que tiene la mayoría en el Congreso manda.