La UEFA anunció una serie de sanciones, principalmente financieras, contra nueve de los doce clubes que intentaron sin éxito la creación de una Superliga europea el pasado mes y con los que ahora se llegó a un acuerdo, tras su disculpa y el reconocimiento de su «error».
Esos nueve clubes, los que se desligaron antes del proyecto de torneo privado que pretendía competir contra la Liga de Campeones de la UEFA, deberán principalmente renunciar al 5 por ciento de los ingresos por su participación en las competiciones europeas durante una temporada.
Los otros tres clubes (Real Madrid, Barcelona, Juventus), que «rechazan renunciar» al proyecto de Superliga europea, se exponen a sanciones más duras, que serán estudiadas próximamente por las instancias disciplinarias de la UEFA.
«Aceptando sus compromisos y su voluntad de reparar el daño que causaron, la UEFA quiere dejar este capítulo en el pasado y avanzar con espíritu positivo», subrayó el presidente de la UEFA, Aleksandar Ceferin, en un comunicado, subrayando que «no puede decirse lo mismo de los (tres) clubes que siguen comprometidos con la llamada Superliga», por lo que «la UEFA obrará en consecuencia».
Los nueve clubes que renunciaron al proyecto de nueva competición (Tottenham, Arsenal, Manchester City, Manchester United, Chelsea, Liverpool, Atlético de Madrid, Inter de Milán y AC Milan) aceptaron una serie de «medidas de reintegración».
Además de renunciar a ese 5 por ciento de sus ingresos UEFA de competición en una temporada, pagarán 15 millones de euros que serán una donación a las «comunidades locales» del futbol europeo y se comprometen a participar en las competiciones UEFA para las que se clasifiquen. Aceptan también el pago de una multa de 100 millones de euros si algún día buscan disputar una competición «no autorizada».
Se unirán de nuevo a la Asociación Europea de Clubes (ECA), que abandonaron en el momento de la ‘rebelión’.
Se trata de las primeras sanciones oficiales contra los clubes secesionistas, que incendiaron el futbol europeo el 19 de abril al anunciar su proyecto de Superliga casi cerrada. Ante el gran rechazo social, político y deportivo, el proyecto se vino abajo apenas dos días después, motivando una cascada de renuncias de la mayoría de clubes impulsores del proyecto.