Hace unos días, amigos y familiares de dos periodistas en China denunciaron su repentina desaparición, ambos se dedicaban a documentar los efectos de la epidemia causada por el coronavirus.
Fang Bin y Chen Qiushi, quienes se denominaban a sí mismos como ‘periodistas ciudadanos’, viajaron a la ciudad Wuhan para testificar de primera mano la enfermedad.
Pese a que los ‘periodistas ciudadanos’ no se conocían, los dos querían mostrar la verdad sobre el coronavirus.
De acuerdo con el New York Times, antes de su desaparición, Fang y Chen grabaron docenas de videos de Wuhan y transmitían imágenes sin filtrar desde la ciudad donde surgió el brote coronavirus.
Las imágenes mostraban filas fuera de los hospitales, pacientes débiles y parientes agonizantes.
Y es que la crisis que causó el coronavirus ha provocado críticas al gobierno Chino.
Sin embargo, las autoridades se han encargado de eliminar rápidamente cualquier registro de crítica, y los responsables de ello a menudo son castigados.
Los periódicos profesionales están estrictamente controlados por las autoridades del gigante asiático.
A principios de este mes, el departamento de propaganda del estado desplegó a cientos de periodistas para remodelar la narrativa del brote.
La semana pasada, internautas se volcaron contra censura del gobierno Chino y estallaron en las redes sociales después de la muerte de Li Wenliang, el médico de Wuhan que había tratado de advertir sobre el virus antes de que las autoridades reconocieran un brote.
Hasta ahora, se desconoce el paradero de los periodistas, algunas versiones señalan que fueron obligados a ser puestos en cuarentena.