Por Fabiola Guarneros Saavedra
Buenas noticias
Los últimos días hemos recibido noticias poco alentadoras: incremento en contagios y muertes por covid-19; kioscos de pruebas rápidas saturados, empresas que cierran; que los tres delitos que van al alza son homicidios, feminicidios y extorsión, y que la recuperación económica tardará 10 años.
El gobierno federal invitó a los mexicanos a quedarse en casa y a suspender reuniones o festejos navideños, de fin de año y de Reyes; las autoridades de la Ciudad de México habilitarán 600 camas más en los hospitales para atender a pacientes con covid y la SEP anunció que ya preparan el Aprende en Casa III.
¿En todo esto hay buenas noticias? Sí y están en la educación a distancia, en las aulas virtuales, en las clases por televisión y en los hogares de millones de mexicanos.
Es cierto que el trabajo para las madres, padres, abuelos, tutores, maestros, profesoras y alumnos se ha triplicado o más; que hay estrés, angustia; niños víctimas de violencia familiar, huérfanos, menores sin acompañamiento o retroalimentación; que algunos de los conocimientos sólo se embarran y que hay docentes a los que se les olvidó o reprobaron en pedagogía, pero hay grandes lecciones que vale la pena repasar.
Primera: Madres y padres se volvieron a responsabilizar de la educación de sus hijos. No hay de otra, ahora sí acompañan y supervisan las tareas y cuadernos de sus hijos —claro, son ellos los que suben las evidencias a las plataformas digitales—, recuperaron la comunicación y están más tiempo con ellos.
Segunda: Las clases a distancia han permitido que padres y abuelos se sumen a las aulas virtuales, acompañados de sus hijos o nietos, para concluir su educación básica.
De acuerdo con la investigación periodística de Laura Toribio y Claudia Solera, más de 250 mil abuelos observan con sus nietos los contenidos del programa Aprende en Casa II, y 65 mil mayores de 60 años han pedido incorporarse a los estudios de manera formal, motivados por los contenidos que se transmiten en televisión (Excélsior, 23/11/20).
Las clases por televisión no sólo han motivado a adultos mayores como el señor José Ortiz, quien a sus 104 años aprendió a leer y escribir, o a la señora Crisanta Castillo, quien concluyó la secundaria a los 67 años y ahora planea inscribirse en preparatoria; también han animado a padres de familia que truncaron su instrucción formal y ahora estudian junto a sus hijos para concluir la educación básica, como una forma de acceder a mejores empleos, como Yanet Rosas Medina, de 39 años, quien se inscribió en el ciclo escolar 2020-2021 en el Conalep Iztapalapa V y comparte clases virtuales con su hijo José Brian, de 20 años.
Tercera: Datos de la Secretaría de Educación Pública indican que entre 4 y 5 millones de personas ven Aprende en Casa II todos los días, en las 28 ciudades donde se miden audiencias; la proyección de las autoridades es que por lo menos 10 millones de estudiantes de todas las edades están siguiendo las clases.
Veintidós por ciento de la audiencia son adultos entre 30 y 40 años, los de 55 años y adultos mayores representan el 9% de la audiencia.
Cuarta: El portal de la SEP ha registrado 250 millones de visitas, porque ahí se consultan los temarios por grado escolar, aprendizajes esperados y programación de la tele educación. La página de internet de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) registró en el primer mes del ciclo escolar (agosto) 1.3 millones de visitas para consultar los libros y otros materiales educativos.
La autoridad educativa del país aún tiene tareas pendientes por revisar y corregir, como la educación inclusiva, porque los datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2017 (ENADIS) reportaron que mientras que el 3% de la población total de 15 a 59 años no sabe leer y escribir, el analfabetismo alcanza 20.9% entre las personas con discapacidad.
Además, el porcentaje de población con discapacidad sin escolaridad es siete veces mayor (20.2%) que el promedio nacional (2.9%), y la población con discapacidad que cursó un grado más que la secundaria es tres veces menor que el promedio nacional. La buena noticia es que ya se están dando los pasos para hacer efectivo este derecho constitucional; por ejemplo, el conversatorio virtual que se realizó el pasado 2 de diciembre entre especialistas, legisladores, representantes de las organizaciones de la sociedad civil de las personas con discapacidad y la SEP para favorecer la reflexión y la discusión con relación a los avances y los principales retos de la educación inclusiva en nuestro país.
Mientras tanto, preparémonos para un 2021 con Aprende en Casa III y un esquema mixto de educación a distancia y presencial en algunas entidades del país con semáforos en verde.
¡Ánimo!
