
Por Gloria Jaramillo
Profunda conmoción ocasionó el fallecimiento de la conocida abogada laboralista Dora Elia de Hoyos Peña, quien murió por contagio de coronavirus una semana después de que su esposo Javier Gómez falleciera por la misma causa.
El apreciado matrimonio se unió en el más allá, al complicarse su salud desde que recibieron el virus que actuó con mucha agresividad en ellos, llevándolos a su hospitalización en un intento por estabilizarlos y salvarles la vida, lo cual no fue posible.
La abogada Dora Elia de Hoyos Peña, más allá de su amplia trayectoria en el terreno legal, es recordada por quienes tuvieron oportunidad de conocerla, como un ser solidario, generoso, conciliador y humanitario.
“Era una excelente persona, muy positiva, entre los compañeros abogados ella siempre promovía la relación de camaradería, aunque nos enfrentáramos en los juicios representando a una y otra parte ella siempre procuraba la conciliación”, expresó una de sus compañeras abogadas.
Como abogada fue muy reconocida por su conocimiento del derecho laboral y su sentido ético. Su calidad humana la plasmaba diariamente en su trabajo, pues a pesar de ser generalmente abogada patronal, buscaba acuerdos justos para los trabajadores, apegados a las leyes vigentes.
“Ella siempre decía, nada más lo que es, planteaba finiquitos que fueran justos no sólo para los patrones sino también para los trabajadores, ganándose el respeto de quienes participaban en los juicios”, explicó la abogada.
Con más de 30 años dedicándose al derecho laboral, tuvo relación con cientos de personas. Su perfil profesional la llevó también a ser la titular de Recursos Humanos en la presidencia municipal de Frontera durante la administración de Rogelio Ramos.
Uno de los episodios más recientes y que reflejan el espíritu generoso de la licenciada Dora Elia de Hoyos Peña, fue el gesto que tuvo con otra abogada quien recientemente participó en un choque, lo que le generó una considerable deuda.
No esperaba la abogada afectada que se acercara con ella la licenciada De Hoyos para entregarle dinero en efectivo a fin de ayudarla a recuperarse de los gastos que tuvo que desembolsar para pagar los daños.
“La compañera no quería tomar el dinero porque no se sentía merecedora, sin embargo la licenciada de Hoyos le dijo que lo tomara, que si ella podía ayudar lo haría con mucho gusto”.
Dora Elia de Hoyos Peña tenía maestría en Derecho Procesal Laboral, y siempre estuvo buscando profesionalizarse y actualizarse en su rama para poder ofrecer el mejor servicio a sus clientes.
La abogada y su esposo dejaron dos hijos mayores de edad, Ada y Javier, así como a sus entrañables nietos, quienes lloran la pérdida dolorosa de sus padres, y quienes se aferraron a la esperanza de que sus padres sobrevivieran, lo cual desgraciadamente no fue posible.