Por Carolina Salomón
Un especialista de psicología señala que una pérdida por enfermedad es más fácil de superar pero una muerte por suicidio es emocionalmente devastadora y a una familia le podría durar el duelo toda la eternidad.
Alejandro Martínez, psicólogo, explicó que la familia, los amigos, el novio y otras personas allegadas al ser querido que atentó contra su propia vida se quedan muy dolidos y con muchísimas preguntas de las que nunca podrán obtener un respuesta.
“El mensaje del suicida es claro, tú me vas a representar el dolor a través de mi muerte, entonces viene un duelo eterno y no asimilarlo queda un tipo de melancolía en la familia, alguien mure por enfermedad y el proceso es más digerible pero en el suicidio se tarda para comprenderlo, quizás ni toda la vida les alcance para asimilarlo”, destacó.
El duelo trae complicaciones en la salud y bienestar de los familiares quienes atraviesan por esta etapa sentirán tristeza, temores, enojo, rabia, confusión, preocupaciones, culpabilidad, agotamiento o simplemente, una especie de vacío sentimental.
Ante esto pidió a quienes han tenido una pérdida por suicidio acudir con especialistas que trabajan en el duelo para poder recuperarse y restablecer su equilibrio psicológico.