Si los integrantes de The Rasmus no llegaron a la autodestrucción fue mera falta de sincronía: cuando uno se desenfrenaba en la fiesta y el alcohol, los otros estaban ahí, cuerdos, para apoyarlo.
«Nunca estuvimos totalmente en el piso, al 100 por ciento, y al mismo tiempo. Creo que todos nos perdimos en algún momento, pero como cada uno lo hicimos en temporada distinta, eso nos unió y nos hizo ver la realidad de que nuestro futuro era la música, no la fiesta», platicó Lauri Ylönen, vocalista de la banda finlandesa.
«De los mejores recuerdos que tengo en la vida es mi primer concierto en el Salón 21, creo que en el 2004 Recuerdo las caras de los fans que nos han seguido, porque en México tenemos una legión tan leal como en pocos lugares».Laurie Ylönen,vocalista de The Rasmus
El también productor y compositor hace la reflexión a propósito de los 27 años de la agrupación, celebrados con un disco en proceso de post producción y su nuevo sencillo, «Bones».
Compañero, hermano por elección, y colega de Eero Heinonen (bajo), Pauli Rantasalmi (guitarra) y Aki Hakala (batería), el letrista y cantante de 42 años admitió que la fama los desubicó y los envío a zonas muy oscuras.
«Si uno bebía o se enfiestaba demasiado, había otro que se daba cuenta. Y sabíamos cómo decirlo y regresarlo a tierra. A veces, pensamos que llegaría nuestro fin, a veces no estábamos seguros de continuar.
«Yo tuve muchos momentos así, en algún momento tuve demasiada fiesta, tomaba demasiado y tengo 12 años sin beber una gota de alcohol», contó el intérprete de «In the Shadows» y «No Fear».
The Rasmus debutó en 1996 con Peep, producción que los encaminó a otros materiales que les dieron empuje en Europa, hasta el gran boom con Dead Letters, en el 2003, año en el que vendieron más de dos millones de copias.
Ya dejaron atrás los años de ser ídolos juveniles para autonombrarse como músicos de rock alternativo con oficio y trayectoria, manifiesta el cantautor.
Tras vivir mucho tiempo en el mismo vecindario de Helsinki, cada uno cimentó su destino en coordenadas diferentes: Lauri, en Hawai; Eero, en Australia, y Pauli y Aki, a caballo entre la campiña finlandesa y en la capital del país
«Ha sido toda una vida juntos, cuando empecé tenía como 16 años y no tenía ni idea de en qué me estaba metiendo. Somos una hermandad que ha evolucionado yo creo que a mí me ha hecho madurar muchísimo la llegada de mi bebé. Todo cambió para mí».
En el 2017, el grupo editó su último álbum, Dark Matters, y aunque contemplaban editar el que será su décima producción de estudio para el año pasado (será lanzado en 2022), la llegada del coronavirus cambió sus planes.
Tras cancelar fechas de grabación en un estudio en Inglaterra, cada uno retornó a su casa, se autosilenciaron y recurrieron a métodos poco tradicionales para materializar el proyecto.
«Por las diferencias de horario que tenemos los cuatro, aprendimos a organizarnos como nunca y yo me las ingenié para grabar donde estuviera. Me subí a una montaña y grabé mi voz rodeado de naturaleza.
«Aprendí a usar tecnología vía remota y me fui solo a la selva y a una zona con ríos. También me metí a mi auto y grababa mi voz mientras llovía. Luego me fui a un lugar muy solitario y grité y canté e hice de todo. Fue divertido y liberador, una experiencia entre espiritual e introspectiva», detalló Laurie Ylönen.
De esas primeras grabaciones surgió «Bones», el primer corte promocional de la nueva era de The Rasmus, en la que se prevé fiesta pero con mesura, y conciertos en México para el próximo año.Hora de publicación: 05:00 hrs.