Mujeres lesbianas cisgénero y transgénero marcharon este sábado para exigir reconocimiento de las lesbomaternidades, las familias diversas y el fin a la violencia contra la población LGBT+.
El contingente, que se autodenominó como la primera Marcha Lencha, se reunió a las 12:00 horas en la Glorieta de Insurgentes, por lo que la estación del Metro en ese sitio fue cerrada, avanzó sobre la Avenida Chapultepec, se incorporó a Arcos de Belén y llegó hasta La Cañita, contigua al Registro Civil de la CDMX.
«Visibilidad, inclusión, existencia y resistencia», «Sin liberación sexual no hay liberación social», «Lencha, prieta y bien pinche orgullosa» son algunos de los mensajes que podían leerse en las pancartas de las participantes de la marcha.
Durante la manifestación, cientos de mujeres exigieron educación sexual plena para toda la población, especialmente para niños y adolescentes que se identifican como población LGBT+, acceso a la salud integral y acabar con la violencia que se hace llamar correctiva, como las terapias de conversión, las cuales actualmente ya están prohibidas en la Ciudad de México.
«Convocamos a esta primera Marcha Lencha porque las lenchitudes necesitamos espacios propios, autosugestivos y libres de exclusión, para la satisfacción de nuestras necesidades específicas. Nos posicionamos lejos de la cisheteronorma y cerca de nuestras compañeras de lucha porque sabemos que el amor entre nosotras es el arma más potente contra los sistemas de opresión», expresaron las organizadoras de la marcha en un comunicado.
Las manifestantes conmemoraron a mujeres que han sido víctimas de crímenes de odio como Marbella Ibarra, de Baja California, jugadora de futbol femenino y asesinada en 2018; también a Nancy Guadalupe, quien fue a celebrar su aniversario al bar ‘Debraye’ en Cuernavaca y fue asesinada a golpes por los cadeneros en diciembre de 2019. Tenía sólo 24 años.
«Por ellas y por todas las demás víctimas de lesbofeminicidio y de crímenes de odio en México y el resto del mundo exigimos justicia y garantías de no repetición», se lee en el posicionamiento oficial de la marcha.