
El último eslabón del abasto de gas LP a los hogares es controlado por mafias que defienden sus territorios de distribución a punta de golpes, coincidieron permisionarios y autoridades federales.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP (Amexgas) ha identificado a algunas de esas mafias, entre las que se encuentra el Sindicato Libertad, que opera en Iztapalapa y localidades del Estado de México.
La comisionada de la CRE, Leticia Campos, señaló que esas mafias sin regulación son las que están fijando los precios en el mercado.
“Los comisionistas que van a cargar los cilindros o sus camioncitos de pipa, nadie sabe a quién pertenece el camión, no tenemos registradas las placas, no sabemos cómo se llaman los trabajadores; están sin regulación y están participando directamente en la determinación del precio final de venta al usuario. Eso puede ser muy peligroso, no saber si es gente preparada o no la que entra a los hogares”, expuso en entrevista.
La CRE, dijo, tiene control de los distribuidores (empresas que tienen plantas de almacenamiento), pero no de quienes llevan el gas.
‘Debemos negar servicio; comisionistas son capaces de todo’
Las rutas de las mafias de gas LP están trazadas, sus clientes son exclusivos, y a punta de golpes han defendido su territorio, admitieron fuentes de ese gremio.
Gaseros consultados acusan que incluso cobran derecho de piso y se aseguran que sus rutas no sean buscadas por otras empresas.
En entrevista, sindicalizados de empresas de gas ubicadas en Tepotzotlán, Tlalnepantla y Ecatepec, Estado de México, explicaron las diferencias entre empleados de planta de las empresas y las mafias de comisionistas.
“¿Cómo reconoces a un comisionista? Es fácil, ellos no operan con reglas. Hasta en los zapatos puedes identificarlos. Ellos no traen los zapatos limpios. En sus pipas o carros tienen stickers, mientras que los empleados de planta tenemos prohibido modificar o alterar de alguna manera la imagen de las pipas.
“La empresa me permite compartir mi número a clientes y hacerme de clientes. Entregamos comprobantes del servicio, ahí yo puedo poner mi número y mi sello. Los clientes saben mi nombre y quién los atendió. Ellos pueden poner hasta su WhatsApp en las pipas.
“Aquí las pipas no son de particulares, son de empresas, porque manejar una es mucha responsabilidad, debes cumplir muchas normas. Los comisionistas cuando cometen un ilícito las abandonan, les sale más barato que enfrentar todo el tema legal”, describió un empleado de planta de Tlalnepantla.
Un sindicalizado de una empresa gasera en Tepotzotlán señaló que en diversas zonas hay “territorios marcados” en los que no pueden surtir.
“Yo puedo surtir en varias zonas de Tlalnepantla, pero en unas ni siquiera nos podemos meter. Por ejemplo, la colonia Prado Vallejo, ésa es de los comisionistas. Si yo surto servicio a la casa de fulanita y llega el comisionista, y le pregunta a la clienta quién le surtió, tiene mi factura, mi nombre y mi teléfono, me busca y ellos son capaces de todo. Ya vio cómo dejaron las unidades en Huixquilucan, las destrozaron”, expuso.
“Bosques de las Lomas es de ellos y hasta en colonias donde nos podemos meter, las casas están marcadas, hay casas que aunque nos pidan el servicio lo tenemos que negar, que no se debe, pero así se hace. Son una red, si te ven cerca te paran y te dicen ‘¿a dónde?’ nosotros tenemos uniformes, ellos hasta con bermuda despachan”, añadió.
Un empleado en Ecatepec indicó que entrar al negocio de gas como comisionista es complicado, pues dijo, suelen ser negocios familiares o de compadrazgos. A sus mismos empleados se les suele pedir una comisión por operar, que justifican es para el respeto de rutas, seguridad y hasta cobertura legal.
“Siempre han existido, pero con la reforma energética tuvieron su crecimiento. Ya ahorita es un problema muy grande, las empresas han cedido a muchas cosas y ahorita que los quieren controlar no se van a dejar”, añadió.