Por Rocío de Jesús
“Se siente como un fuego entre el corazón y la columna vertebral, ese es el dolor que se siente, pero no puedo describirlo porque no hay palabras para eso” expresó Jorge Flores, padre de MariFer.
Larga fue la despedida de MariFer Flores Gutiérrez. Todos estaban presentes, pero nadie quería dejarla ir.
Sus padres, Jorge y Elizabeth, así como su hermana Regina, estuvieron acompañados en todo momento por familiares, amigos y hasta desconocidos, que supieron la historia de Marifer por las redes sociales.
Desde las 8 de la mañana su cuerpo estaba siendo velado en capillas Marsan, a las 3:30 de la tarde hubo una suelta de globos en el Cristo de la Bartola y por la noche una oración en la carpa La Vid.
MariFer provocó una ola de solidaridad en miles de personas, cuando se enteraron a través de las redes sociales, que esta dulce joven, requería 7 millones de pesos para un trasplante pulmonar y con ello poder salvar su vida.
Jorge, su padre, fue quien subió la publicación a Facebook y se percató del gran impacto que tuvo, pues la respuesta fue grandiosa.
“El día que pedí la ayuda, estaba en una situación de deuda de 790 mil pesos, aparte de que la cuenta iba creciendo diario, pero cuando pongo en las redes sociales que es mi niña, que necesito apoyo y pongo el número de tarjeta, ahí fue donde vimos cómo la gente respondió. MariFer causó mucho amor e impactó a mucha gente que se unió sin pensarlo”.
El padre de MariFer, señala que la respuesta fue tan grande, que el mismo día de la publicación, para las 6 de la tarde, ya solo les faltaban 26 mil pesos de los 790 mil que se debían.
“Las cuentas eran inalcanzables pero se pagaba diario porque la gente se unía, entonces cuando confías en Dios, cuando Dios está en la ecuación sale todo bien, yo le decía Señor tu sabes que no tenemos dinero para pagar la cuenta y sabes que MariFer está bien delicada de salud, pero tu propósito en ella es más grande de lo que podamos razonar, esa noche creíamos que ya no la pasaría, pero Dios nos la prestó todavía 3 o 4 días más y en esos días se hizo una revolución”.
CON FE HASTA SU ÚLTIMO ALIENTO
Recordó que MariFer fue una niña de fe hasta su último aliento, pues cuando tuvo su primera crisis este domingo pasado, con gran dificultad tomó aire y con voz casi inaudible dijo, “mami vamos a orar”.
“Ella no dijo háblale al doctor, háblale a papi, ella siempre ponía a Dios en primer lugar, se fue tranquila, oramos, se la entregamos a Dios, pusimos alabanzas y ella es la prueba de que cuando Dios está presente, se tocan corazones, por eso entendemos que Marifer está bien, está en la presencia del Señor”.
“Ella me enseñó que el amor hacia Dios puede abrir puertas donde no las hay, era una niña tan tierna, tan alegre, tan ocurrente, que aun con su padecimiento pulmonar ella era así. El tiempo que más la disfrutamos fue después del trasplante, del 2014 al 2020 la disfrutamos tanto, viajamos, anduvimos para allá y para acá, hicimos lo que quisimos, desafortunadamente perdió la batalla”.
Finalmente, expresó su agradecimiento a las miles de personas que apoyaron tanto económica como moralmente, haciéndoles llegar mensajes de consuelo.
EXTERNA PADRE DE MARYFER AMOR POR MONCLOVA
“Estamos muy agradecidos con la muestras de cariño hacia Fer, yo amo vivir en Monclova, porque es un pueblo que no te deja morir, hemos estado en otras partes en internamientos como Monterrey, Estados Unidos, pero Monclova siempre lo he dicho, soy de aquí y amo ser de aquí, la gente es totalmente solidaria cuando se trata de ayudar”.
En cuanto a la fortaleza que ha mostrado la familia, señaló que eso proviene de la comunión con Dios.
“Hay comunión con Dios, conocemos de Dios y él te da una paz que sobrepasa todo entendimiento, Dios es grande, me preguntan que cómo puedo ser tan fuerte, pero me quebranto, ahorita mismo estoy desgarrado, pero Dios me permite estar sereno aun en medio del dolor”.
A las 3:30 de la tarde, Regina la hermana de MariFer, Patricio su novio y decenas de amigos se reunieron en el Cristo de la Bartola, para hacer una suelta de globos blancos en memoria de la niña de la dulce sonrisa y tierna mirada.
Patricio era abrazado por sus amigos, pues iban a cumplir casi dos años de novios y disfrutaban de esa hermosa etapa de enamoramiento, él era incondicional para ella y vivió parte de la etapa más dura de su enfermedad, hasta el triste desenlace.
“La recordaré siempre feliz como era ella, siempre con sus ocurrencias, con sus ánimos y pues siempre fuerte porque así siempre fue ella”.
“Cuando ella me escribió por última vez, lo único que me dijo es que iba estar bien y nada más me dijo te amo mi amor y yo le dije que yo más y eso fue lo último que hablamos” dijo Patricio entre lágrimas.