Cinco siglos después de la caída del imperio azteca, entre los descendientes de Moctezuma II laten distintos impulsos, desde reivindicar al gobernante ante acusaciones de traición, hasta reclamar millonarias sumas a México.
Se estima que hay unos 500 herederos del emperador en México -incluido el actual embajador en Estados Unidos, Esteban Moctezuma- y otros en España donde ostentan dos títulos nobiliarios.
«¿Cómo demostrar que desciendo del gran tlatoani (gobernante)? A través del censo de los pagos enfitéuticos», dice a AFP la historiadora Blanca Barragán Moctezuma, sobre unas extintas retribuciones del gobierno.
En su casa de Ciudad de México, exhibe documentos para demostrar que su familia recibió la «pensión Moctezuma» siglos atrás.
Los descendientes del tlatoani, nacidos de su hija Isabel, recibieron este pago anual -entre 60.000 y 90.000 dólares actuales según expertos en valores- hasta 1934, cuando fue eliminado. Sin éxito, un descendiente litigó para recuperarlo.
«No hubo argumento legal, quizá no había más dinero, era el México postrevolucionario», anota Jesús Juárez, esposo de Blanca y abogado.
Las pensiones fueron «una compensación por usufructuar las tierras de los descendientes de Isabel», explica Alejandro González Acosta, investigador de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM).
– La flor primigenia –
El rey español Carlos V otorgó a Isabel a perpetuidad el señorío de Tacuba tras la caída de la Gran Tenochtitlan -capital del imperio-, de la que se cumplen 500 años este viernes.
¿Por qué Isabel, fallecida en 1550, fue privilegiada con ese vasto territorio?
«Moctezuma tuvo muchos hijos, pero Tecuichpo Ichcaxóchitl fue la única legítima», explica Blanca, llamándola por sus nombres en náhuatl, que hablaban los aztecas o mexicas: «hija del gobernante» y «flor blanca».
Algunos académicos consideran que fue para aplacar una rebelión.
Pero Tecuichpo, quien tuvo siete hijos, es poco conocida pese a sus vínculos de poder.
Con 11 años, tras morir Moctezuma, fue casada simbólicamente con sus sucesores: Cuitláhuac (tío) y Cuauhtémoc (primo).
Sus otros esposos fueron españoles y convivió con Hernán Cortés, quien según historiadores y descendientes la habría violado.
Hacia 1528 dio a luz a Leonor, hija del conquistador, a la que repudió, señala Blanca, quien muestra bastones de mando, lanzas, pipas o imágenes del esplendoroso penacho azteca en poder de Austria que -afirma- perteneció a Moctezuma, contradiciendo otras versiones.
Del cuarto y quinto matrimonios viene el grueso de la estirpe: los Andrada-Moctezuma y los Cano-Moctezuma.
Pablo Moctezuma, historiador y hermano del embajador en Washington, desciende de los Andrada, lo que antaño le avergonzó.
«No me gustaba Moctezuma, lo tachaba de cobarde», recuerda sobre una visión del gobernante como un supersticioso que capituló al confundir a Cortés con el dios Quetzalcóatl.
«Eso fue un invento», objeta Pablo, que también ha hallado contradicciones sobre la muerte de Moctezuma en julio de 1520.
«Los conquistadores dicen que lo mataron los mexicas, pero cronistas religiosos e indígenas dicen que fueron los españoles», añade el autor del libro «Moctezuma y el Anáhuac, una visión mexicana». Pablo fue alcalde de Azcapotzalco, sector capitalino del señorío de Tacuba.
– Los Moctezuma españoles-
La estirpe llegó a España con Pedro, hijo del emperador y una concubina, quien fue llevado allí siendo niño probablemente para prevenir un alzamiento.
En 1627, la corona otorgó a un bisnieto el título de condado, elevado en 1992 a ducado de Moctezuma de Tultengo.
El actual duque, Juan José Marcilla de Teruel-Moctezuma, critica la exigencia del presidente mexicano, Andrés López Obrador, de que España se disculpe por los excesos en la Conquista.
«No tiene sentido exigirle al rey que pida perdón por algo que ocurrió hace cinco siglos, y se lo dice alguien que tiene sangre azteca», expresó.
Instalados en Granada, los Cano-Moctezuma ostentan el título del condado de Miravalle, creado en México en 1690.
«Son una familia más entre los descendientes», explica González Acosta, quien conoció a la XII condesa de Miravalle, Maricarmen Enríquez de Luna, fallecida en 2014.
Pero diarios españoles como el Independiente de Granada presentaban a la condesa como «la primera persona en el orden sucesorio del imperio azteca», mientras El Mundo anunció que México tenía una nueva emperatriz» cuando Carmen Ruiz Enríquez heredó el título.
Para González Acosta, todo esto es «creación» de la prensa española.
Los medios también reprodujeron intentos de los Miravalle por recuperar la pensión en 1991 y 2003, junto con los Acosta, familia mexicana descendiente de Moctezuma.
«Son pretensiones ridículas», objeta Pablo.
Para Blanca, de la rama Cano, el legado es histórico. «Trabajo por la reivindicación de mis abuelos Moctezuma y Tecuichpo, en particular de ella, de quien la historia oficial sabe tan poco e inventa tanto».
Para González Acosta, el reclamo seguirá latente «porque ahí están las tierras y los herederos».
