La Administración del Presidente Joe Biden frecuentemente está en desacuerdo con las respuestas que el Mandatario Andrés Manuel López Obrador ha tomado para enfrentar diversos retos que enfrenta México, como la desigualdad y la corrupción, reconoció este viernes un alto funcionario de la Casa Blanca.
El responsable para América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Juan González, admitió durante una entrevista diferencias con México al ser cuestionado por roces entre los dos países en torno a la reforma al sector eléctrico mexicano y a la violencia contra los periodistas.
«Estamos de acuerdo con AMLO en su evaluación de los retos que México enfrenta en términos de la falta de desarrollo en el sur de México, la creciente desigualdad y la existencia de un tipo de corrupción en el sistema», dijo González a The Americas Quarterly, publicación del Consejo de las Américas con sede en Nueva York.
«Frecuentemente, donde nosotros no estamos de acuerdo con la respuesta (a estos retos)», dijo González. «Y en algunos de estos (retos), los mismos mexicanos son los que tienen que tener estos debates».
Sin entrar en detalles, el funcionario de la Casa Blanca reconoció que diversas compañías privadas estadounidenses quisieran que la Administración Biden fuera más vocal en denunciar las políticas de López Obrador pero apuntó que han debido calibrar sus mensajes para poder trabajar con el Gobierno mexicano.
«Si eres una empresa estadounidense que está viendo el impacto real de algunas de las políticas del gobierno mexicano hay un sentido de urgencia detrás de la respuesta y, a veces, hay un llamado para que seamos mucho más vocales y agresivos cuando se trata de este tipo de problemas», dijo González.
Diversas asociaciones del sector privado estadounidense han urgido en meses pasados a la Administración Biden a ser más vocal en su desacuerdo con algunas políticas del Gobierno mexicano, particularmente en el sector energético, pero para González el Gobierno estadounidense debe de buscar ser constructivo.
«Creo que el Embajador (Ken) Salazar ha adoptado exactamente el enfoque correcto al involucrarse constructivamente en todos los niveles con el Gobierno y calibrar los mensajes públicos en consecuencia», dijo González sobre el político demócrata que funge como Embajador en México desde septiembre.
«Lo que quiero decir es: Lograr que gente (de la Administración Biden) vaya (a México) y se involucre con el Gobierno de la manera más constructiva posible. Pero también transmitirle (a los mexicanos): ‘Vamos a estar en desacuerdo con todos ustedes. Y en algunos casos, vamos a tener que hacerlo público’ «, añadió González.
Miembro de la campaña del entonces candidato Biden durante la elección presidencial de 2018, González trabajó ya previamente en la Casa Blanca durante la Presidencia de Barack Obama, primero como director en el Consejo de Seguridad Nacional y luego como asesor de la vicepresidencia a cargo de Biden.
Neutralidad sobre invasión no es opción
Cuestionado por The Americas Quarterly sobre las diversas posiciones de los países de América Latina en torno a la invasión militar rusa de Ucrania iniciada la semana pasada, el funcionario de la Casa Blanca dijo que en estos momentos esgrimir la neutralidad entre las partes no tiene cabida como posición válida.
«Los conceptos de neutralidad están bien y son buenos. Hasta que un país invade a otro país. Y en ese punto, tienes que elegir un lado», dijo González al ser cuestionado sobre las diversas posturas en la región.
«Sin nombrar ningún país, la articulación de la neutralidad (en torno a la invasión rusa en Ucrania) es una racionalización para no querer adoptar una postura de principios», respondió el funcionario estadounidense.
Apenas el miércoles, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó de forma aplastante una resolución que deplora la invasión rusa del territorio ucraniano y en la que la gran mayoría de los países de América Latina apoyó incluyendo a las economías más grandes del continente como México, Brasil y Argentina.
Durante el voto, varios países de la región que han apoyado a Rusia en esos foros en los últimos años -como Cuba, Nicaragua y Bolivia- optaron por abstenerse al igual que lo hizo el Gobierno de El Salvador; otro de los socios rusos en la región, Venezuela, votó al no estar en corriente con sus cuotas en la ONU.