La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció el primer aumento en sus tasas de referencia en alrededor de tres años, después de haberlas mantenido cercanas a cero por ciento desde que comenzó la pandemia de Covid-19.
Por primera vez desde diciembre de 2018, el banco central estadounidense elevó las tasas de interés, en esta ocasión en 25 puntos base, a un rango de 0.25 a 0.50 por ciento, para intentar controlar el elevado aumento de precios.
La inflación en Estados Unidos se aceleró durante febrero a 7.9 por ciento anual, un nuevo máximo en 40 años, debido al aumento en los precios de la gasolina, vivienda y alimentos. En enero ya había registrado una tasa de 7.5 por ciento anual, su mayor nivel desde febrero de 1982.
Después de haber estado en un nivel muy bajo de 0 a 0.25 por ciento para sostener la economía a través del consumo, las tasas de referencia registran ahora un aumento que tendría el efecto de empujar a los bancos comerciales a ofrecer a sus clientes tasas de interés más altas para los préstamos.
Cuando la Fed eleva su tasa a corto plazo, los costos de los préstamos suelen aumentar para una variedad de préstamos comerciales y de consumo, incluidos los de vivienda, automóviles y tarjetas de crédito.
La Fed busca desacelerar el consumo y así reducir la presión sobre los precios, sobre todo porque se espera que los problemas de suministro, que profundizan la escasez de algunos productos, duren meses.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha reconocido que los aumentos de los precios al consumidor han superado con creces el objetivo de la Fed de 2 por ciento y que los precios más altos persistieron más de lo esperado.
En su comunicado de política monetaria, la Fed hizo hincapié en la enorme incertidumbre a la que se enfrenta por la invasión de Rusia a Ucrania, la cual representa una presión adicional sobre la inflación y que pesa sobre la actividad económica, pero aún así señaló que serán apropiados los aumentos continuos de las tasas de los fondos federales para frenar la mayor inflación en cuatro décadas.
La Reserva Federal proyectó que las tasas se sitúen en un rango entre 1.75 y 2 por ciento a finales de año, una postura agresiva contra la inflación que impulsaría los costos de los préstamos a niveles restrictivos en 2023.
Pero incluso con el endurecimiento de tasas, se espera que la inflación se mantenga por encima del objetivo de la Fed. El banco central estadounidense también subió este miércoles su proyección de inflación para 2022 a 4.3 por ciento, desde su estimación previa de 2.6 por ciento. Para el próximo año espera 2.7 por ciento y para 2024 una tasa de 2.3 ciento.
En tanto, el crecimiento económico se prevé en 2.8 por ciento este año, una fuerte caída desde la expansión de 4 por ciento proyectada en diciembre.
El presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, fue el único que discrepó de la decisión de la Fed.
El Banco de México (Banxico) había manifestado que estaría atento a la decisión de la Fed para su próxima decisión en materia de política monetaria, que podría implicar un alza en su tasa de referencia, actualmente de 6.0 por ciento.