Los productos enlatados son una opción práctica para preparar algunas comidas; sin embargo, seguramente has escuchado en alguna ocasión que jamás debes consumir el contenido de una lata abollada. ¿Por qué?
Ante todo, cuida tu salud.
Muchas veces recurrimos a los productos enlatados porque duran más y pueden pasar meses guardados en la alacena sin problema alguno. También son una opción práctica para preparar algunas comidas. Sin embargo, seguramente has escuchado en alguna ocasión que jamás debes consumir el contenido de una lata abollada. ¿Por qué, qué pasa?
Las latas sirven para proteger los alimentos
Cuando meten alimentos a las latas, llevan un proceso en el que son selladas herméticamente al vacío y las esterilizan para que el producto sea seguro para su consumo. Por desgracia, hay ocasiones en las que todas estas medidas se alteran por fallas al envasar o porque durante el transporte las latas son golpeadas o abolladas.
La mayoría de las veces, los golpes suceden de forma accidental, pero terminan comprometiendo la calidad del producto. Así que lo mejor siempre será no comprar una lata abollada o en todo caso, desecharla sin consumir el alimento que contenga. Considera que los golpes o las abolladuras pueden perforar la lata, permitiendo que las bacterias contaminen los alimentos. De ahí la importancia de que se tenga un protocolo de inspección, como el del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía.
Cómo saber que esa lata de conservas no es segura
Cuando una lata tiene rotura en la hermeticidad, puede haber deterioro en su contenido a causa de los microorganismos. En los casos más delicados, puede haber riesgo a causa de la toxina botulínica. Por eso es importante prestar atención a los productos al momento de comprarlos y en caso de que estén dañados, mejor no los tomes.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconseja lo siguiente:
– En caso de que al abrir la lata, el alimento salga como explosión, mejor tíralo.
– Descarta el consumo de conservas que tienen un olor extraño al abrir la lata.
– Si notas espuma o burbuja en el alimento, no lo comas.
Abolladuras e intoxicación
Las latas golpeadas y con abolladuras, exponen a los alimentos, pero también hay que considerar el riesgo que ocasiona la lata en sí. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) señala que las abolladuras pueden ocasionar puntos afilados que pueden dañar tu piel. Janell Goodwin, especialista del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos señala: “nunca compres o uses latas que estén abultadas, abolladas, con fuga u oxidadas”. El Departamento de Agricultura considera <abolladura> cuando se puede meter el dedo dentro.
El principal riesgo de consumir el contenido de una lata abollada es…
Lo más peligroso de comer lo que venía en una lata abollada, es que el alimento esté contaminado por la toxina botulínica, la cual causa botulismo. Esta bacteria <Clostridium botulinum> produce esporas que crecen y excretan toxinas gracias a la falta de oxígeno. Como consecuencia, suele haber gases en el interior de la lata, haciendo que ésta se abombe o deforme.
Al respecto, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señala que debe evitarse el consumo del contenido de las latas abolladas para no poner en riesgo la salud. “Una lata de comida, golpeada, perforada o hinchada puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. (…) El botulismo se considera una enfermedad rara y grave, causada por la bacteria Clostridium botulinum, que puede entrar al organismo a través de heridas o ingerir alimentos enlatados mal conservador”, señala Adriana Guillén, médico pediatra del IMSS.