Reaparecieron misteriosamente en una bolsa de regalo depositada en la biblioteca de la Universidad de Cambridge. Uno de ellos contiene el esbozo del ‘Árbol de la vida’ que dio lugar a la teoría de la evolución.
Dos cuadernos pertenecientes a Charles Darwin, uno de los cuales contiene su emblemático dibujo del «Árbol de la Vida» de 1837, han sido devueltos a la Biblioteca de la Universidad de Cambridge, más de dos décadas después de su desaparición. Los cuadernos fueron devueltos de forma anónima el 9 de marzo de 2022 y están en buen estado, sin signos evidentes de manipulación o daños significativos sufridos en los años transcurridos. De acuerdo con un boletín de la universidad británica, los cuadernos se devolvieron en una bolsa de regalo de color rosa brillante con una tarjeta en un sobre deseando «Feliz Pascua» a los bibliotecarios.
«Puede que sean minúsculos, del tamaño de una postal, pero el impacto de los cuadernos en la historia de la ciencia, y su importancia para nuestras colecciones de clase mundial aquí, no puede ser exagerado», dijo Jessica Gardner, directora de los servicios bibliotecarios. «Al igual que muchas otras personas en todo el mundo, estaba profundamente triste por su pérdida. La alegría de su regreso es inmensa», añadió. En noviembre de 2020, Gardner había iniciado un amplio llamamiento con ayuda de la Interpol para encontrar los cuadernos «probablemente robados», cuyo valor se estima en varios millones de libras esterlinas.
Los dos cuadernos fueron sacados de la sala donde se guardaban las obras más valiosas de la biblioteca de la universidad para ser fotografiados en septiembre del 2000. En una inspección rutinaria realizada en enero de 2001, se comprobó que la pequeña caja que los contenía, del tamaño de un libro de bolsillo, ya no estaba en su lugar. Durante muchos años, los bibliotecarios creyeron que los cuadernos habían sido colocados en un lugar equivocado de la biblioteca, que alberga unos 10 millones de libros, mapas, manuscritos y otros objetos. Los trabajos de Charles Darwin (1809-1882), padre de la teoría de la evolución, permitieron comprender que el ser humano no estaba ni en el centro ni en la cima de la vida. Los dos cuadernos encontrados se presentarán a mediados de este año al público en el marco de una exposición en Cambridge dedicada al científico.