Rusia declaró este martes que su campaña militar en Ucrania está entrando en una nueva fase, un día después de que las autoridades ucranianas dijeran que Moscú lanzó su ofensiva masiva para controlar la región del Donbás.
En una entrevista con una televisora india emitida el martes, el Ministro de Exteriores Serguéi Lavrov explicó que «la operación continúa, y ahora está empezando una nueva fase».
Los separatistas prorrusos llevan ocho años combatiendo contra las fuerzas de Kiev en la región de mayoría rusófona, y han declarado dos repúblicas independientes que han sido reconocidas por Moscú.
Lavrov hizo hincapié en que el objetivo del operativo ruso es la «total liberación de las repúblicas de Donetsk y Lugansk».
Después de que la ofensiva rusa sobre la capital no lograra rendir la ciudad, el Kremlin declaró que su principal objetivo era capturar la región oriental del Donbás. Si tiene éxito, la ofensiva le daría al Presidente, Vladimir Putin, una pieza vital de Ucrania y una necesitada victoria que podría esgrimir ante el pueblo ruso mientras crecen las bajas de la guerra y las penurias económicas derivadas de las sanciones occidentales.
En las últimas semanas, fuerzas rusas retiradas de Kiev se han reagrupado en preparación para una ofensiva abierta en el Donbás.
Aunque el Presidente de Ucrania y otros funcionarios dijeron que la campaña había comenzado, los observadores señalaron que era apenas el inicio de una operación masiva.
El ejército ucraniano también dijo el martes por la mañana que una «nueva fase de la guerra» había comenzado el día anterior cuando «los ocupantes hicieron un intento de romper nuestras defensas a lo largo de casi toda la línea del frente».
El jefe del Estado Mayor de Ucrania dijo que las fuerzas rusas centraban sus esfuerzos en tomar pleno control de las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este del país.
En lo que parecía un recrudecimiento de los ataques, el teniente general Igor Konashenkov, vocero del Ministerio ruso de Defensa, dijo que misiles aéreos habían destruido 13 blancos de tropas y armas ucranianas, mientras que la fuerza aérea había alcanzado otras 60 instalaciones militares ucranianas, incluidos depósitos de cabezas de misil. La artillería rusa alcanzó mil 260 dependencias militares ucranianas y mil 214 concentraciones de tropas en las 24 horas previas, añadió. No fue posible verificar las afirmaciones de forma independiente.
El Pentágono describió la escalada como «operaciones de conformación» que planteaban el escenario para una ofensiva más amplia en la región del Donbás, de mayoría rusófona. Estimó que Rusia ya ha enviado 11 grupos tácticos de batallón más a Ucrania, fuerzas adicionales que probablemente comprendan entre 8 mil y 11 mil soldados. También tiene decenas de miles más en reserva al norte de Ucrania que están siendo reabastecidos y preparados para unirse a la lucha, dijeron funcionarios estadounidenses.
Los ataques comenzaron el lunes a lo largo de un frente con forma de arco que se extiende más de 300 kilómetros desde el nordeste de Ucrania y hacia el sureste del país.
Rusia dijo haber alcanzado varios lugares con misiles, como la ciudad nororiental de Járkov, así como zonas en torno a Zaporiyia y Dnipro, al oeste del Donbás. Cinco civiles murieron en un ataque sobre Járkov, según dijo el martes el Gobernador de Járkov, Oleh Synyehubov.
Las tropas de Moscú tomaron una localidad del Donbás el lunes, según el Gobernador de Lugansk, Serhiy Haidai. La captura de Kremennaya acerca a los rusos a su objetivo aparente de rodear a las tropas ucranianas en la zona al avanzar sobre ellas desde el norte y el sur y arrinconarlas contra territorio que controlan tropas rusas en el este.
Oleksiy Danilov, secretario del consejo de seguridad nacional de Ucrania, dijo a medios ucranianos que la línea de defensa había resistido en otros lugares.
En tanto, en Mariúpol, el Ejército ruso volvió a pedir a los defensores ucranianos de la ciudad que depongan las armas. El coronel general Mikhail Mizintsev dio a los soldados atrincherados en la enorme planta metalúrgica de Azovstal en Mariúpol hasta mediodía del martes para rendirse.
Quienes capitulen «conservarán la vida», agregó.
Los soldados ucranianos que han defendido la ciudad las siete últimas semanas han ignorado las ofertas anteriores de este tipo. La planta de Azovstal, que abarca una superficie de 11 kilómetros cuadrados es el último bastión de resistencia ucraniana en Mariúpol, un puerto estratégico del Mar de Azov.
Antes el martes, Eduard Basurin, vocero de los separatistas prorrusos en la región del Donbás, dijo que los grupos de asalto habían avanzado sobre Azovstal en un intento de sacar a las tropas ucranianas tras los bombardeos y la artillería.
Si conquista la ciudad, Rusia liberará tropas para utilizarlas en otra parte del Donbás, privará a Ucrania de un puerto crucial y establecerá una conexión terrestre entre Rusia y la península de Crimea, anexionada de Ucrania en 2014.