Un revólver calibre .38 fabricado en España por la firma Irióndo y Guisasola que Francisco I. Madero regaló al líder revolucionario Francisco Villa fue integrado a la exposición La Grandeza de México, que acoge el Museo Nacional de Antropología.
La pieza fue entregada por el Mandatario cubano Miguel Díaz-Canel al Presidente Andrés Manuel López Obrador en su reciente gira por la isla.
Fabricado en acero y oro, el revólver está adornado con figuras en color amarillo y detalles en azul, además de una «U» con doble corona real como inscripción.
Acompañan a la pieza dos cartuchos de bala percutidos y una caja elaborada en madera, nácar y plata, que suma una breve placa con la dedicatoria del entonces Presidente Provisional de México, Francisco I. Madero (1873-1913), al Centauro del Norte: «por su valor a la Patria».
«Esta es una pieza histórica y artística pero también un objeto que guarda una diversidad de significados: primero, la relación entre el líder que se ocupa de iniciar la Revolución Mexicana, y el caudillo, cuyo papel fue vital en el desarrollo de este episodio histórico», describió Diego Prieto, director del INAH.
De acuerdo con Prieto, otro significado es la añeja amistad de los pueblos cubano y mexicano, pues recordó que en los días inmediatos al golpe de Estado por medio del cual Victoriano Huerta depuso a Francisco I. Madero, se sabe que el Embajador cubano en el País, Manuel Márquez Sterling, ofreció a Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez asilo político en la isla.
La Secretaria de Cultura Alejandra Frausto resaltó que se trata de «un gesto extraordinario de colaboración, amistad y hermandad de Cuba hacia México, con el deseo de que otros países tomen el ejemplo», en alusión a los llamados que desde la dependencia se han hecho, por ejemplo, para detener las subastas de arte prehispánico en países como Francia.
Frausto y Prieto reconocieron al historiador cubano Eusebio Leal Spengler (1942-2020), quien adquirió la pistola luego de que esta, según se especula, fuera llevada a la isla quizá por algún veterano revolucionario.
Su hijo, Javier Spengler Estébanez, entregó el revólver en abril pasado a la Oficina del Historiador, en La Habana, solicitando cumplir la voluntad de su padre: «que se restituyera al patrimonio cultural de la gran nación mexicana».
El revólver, obsequio de Madero a Villa en 1910, se integró a la Sala Revolución de La Grandeza de México, que permanecerá abierta al público hasta el 14 de agosto.