Los impuestos ambientales son el medio para alinear a la industria y a los inversionistas con prácticas ambientales sustentables, aseguró PwC.
Luis Felipe Muñoz, socio de Impuestos Internacionales de PwC México, explicó que el cambio climático y el calentamiento global representan un riesgo a la estabilidad económica, social y política, por lo que es necesario implementar herramientas que ayuden a mitigar los impactos.
«Los impuestos verdes gravan ciertas actividades que dañan el medio ambiente o que pueden dañarlo, y lo que buscan es incidir en el comportamiento de los productores o consumidores, desincentivando el consumo de ciertos productos o servicios que deterioran el medio ambiente y que al mismo tiempo generan mayor recaudación para los estados», explicó Muñoz.
PwC México lanzó una guía de impuestos verdes existentes en México para detectar áreas de oportunidad con base en sus operaciones de negocios e identificar modelos de optimización de impuestos ambientales.
«México cuenta con una variedad de impuestos ambientales a nivel federal y por entidad federativa que buscan desincentivar ciertas conductas y actividades que se consideran como adversas frente al medio ambiente», refiere PwC.
Entre las actividades sujetas de impuestos están la compra de ciertos combustibles o de vehículos automotores nuevos, la extracción y aprovechamiento de materiales pétreos, la descarga no controlada de aguas residuales con concentraciones de contaminantes y emisión de contaminantes.
En 2019, la Suprema Corte resolvió que lo estados pueden establecer impuestos ambientales y ya lo aplican, expuso Muñoz.