Habitantes de Sonora acusaron que es común que en el tramo Empalme-Bácum haya retenes donde civiles obligan a automovilistas pagar cuotas para pasar.
Ayer, en el intento, apedrearon un vehículo donde iba un niño de 3 años, por lo que la familia exigió seguridad al aseverar que el menor casi pierde el ojo.
Jesús Huerta Suárez, el tío del menor de edad, denunció el hecho y exigió al Presidente Andrés Manuel López Obrador y al Gobernador de la entidad, Alfonso Durazo poner un alto a la situación.
«¡El niño casi pierde un ojo, además del daño y temor!, ¡Si no pueden, renuncien!», externó en redes sociales.
En entrevista, precisó que el hecho ocurrió a la altura de Las Guásimas, zona que dijo, ha sido dominada por pobladores yaquis, y lamentó que a lo largo de tres administraciones estatales no se pueda resolver esta problemática.
«Esa carretera atraviesa todo México. Ellos (yaquis) primeramente tomaron las casetas, estuvieron ahí un tiempo. Lo que tú pagas en las casetas de Capufe era para ellos, el mismo Presidente les dijo que lo usaran para sus necesidades y después de ahí, hace poco relativamente, los quitaron de las casetas, pero ellos tienen al menos dos retenes ilegales», comentó el afectado.
«Pasas por esos retenes donde ellos te piden dinero y ponen una cadena y un mecate y no te dejan pasar y les tienes que dar dinero. A los camiones les piden 100 pesos, a los carros les piden 50 o lo que les gustes dar», agregó.
No obstante, en ocasiones, más allá de «botear«, los pobladores yaquis o grupos que han seguido sus pasos, buscan asaltar a los automovilistas.
Contó que sus familiares, pasaron por este punto provenientes de Hermosillo hacia Ciudad Obregón y alrededor de las 17:30 horas, un grupo de hombres apedreó el vehículo.
«Si no hubiera tenido polarizado el vidrio, pues le pega al niño y lo mata, porque era una piedra grande. Entonces, al niño lo que sí le cayó fueron las astillas de los vidrios. Ellos no se detuvieron. Lo que se dice es que se te detiene para asaltar y esto cada vez es más común.
«El susto y el peligro de que le hubiera sacado un ojo la piedra o roto la cabecita. El niño tiene 3 años y él venía en el asiento de atrás en su sillita, pues ahí sentadito.
«Ya pasó el peligro. Ahorita tiene el ojo parchado, por estas cosas te revisan cada dos días más o menos y te están checando a ver si hubo un daño real, pero ahorita, hasta ahorita aparentemente no, pero pudo haber sido si no hubiera sido por el vidrio polarizado«, insistió.
La prioridad, aclaró, ha sido estar al pendiente del infante, pero se prevé que mañana acudan a presentar la denuncia correspondiente ante la Fiscalía estatal.
«No necesariamente creo que sea la etnia de los yaquis, en ese lugar que se llama Las Guásimas, ahí se juntan y se ponen a tomar en la orilla de la carretera los bandoleros y yo creo que al calor de las copas se les acaba el dinero y paran al que les dé la gana y le bajan el dinero y no hay autoridad que pueda», consideró.
Al respecto, la Fiscalía de Sonora, aseguró que estableció contacto con la familia afectada y que investiga los hechos para dar con el o los responsables.