Lejos de lograr salvar al Segundo Imperio Mexicano de su ruina, a la Emperatriz Carlota de Habsburgo sólo le esperaría la locura, íngrima y decadente, luego de dejar el País desde las costas de Yucatán, en 1866.
Destino trágico para aquella mujer audaz e inteligente que, al no conseguir que Napoleón III o el Papa Pío IX intercedieran por su causa, y ante el fusilamiento de su esposo Maximiliano en el Cerro de las Campanas, en Querétaro, terminaría por sucumbir, víctima de la esquizofrenia.
“Carlota va a Europa a pedir ayuda, apoyo para su marido, y resulta que le dan todos la espalda y pierde el Imperio. Nunca regresa a México, pierde la razón y se vuelve esquizofrénica”, resume en entrevista la actriz Gabriela Palafox, quien encarna el aciago declive de la Emperatriz en la obra De estas prisiones, que alista temporada en el Foro Shakespeare.
“Es una mujer muy fuerte que pierde por completo todo, incluida la razón”, refrenda la egresada del INBA con casi 25 años de experiencia en los escenarios. “Carlota vivió a partir de los 27 años encerrada en una torre, loca hasta el fin de sus días”.
Este espectáculo unipersonal, con Palafox acompañada en escena del chelista Omar González Murillo y las notas nostálgicas de Johann Sebastian Bach y Antonio Vivaldi, presenta a una mujer en constante vaivén entre la locura y la lucidez, confinada en el alcázar del Castillo de Miramar, en Trieste, Italia.
Con dramaturgia de César Santiago Cano, y basada en las propias cartas que escribiera, la puesta permite conocer a la mujer de carne y hueso que tuvo que lidiar no sólo con los hombres de su época, sino con ella misma, siempre con una preocupación por el devenir de México incluso mucho mayor que la del propio Maximiliano.
“Más allá de entender la historia, más allá de conocerla un poco más, el público va a entender a una mujer; va a entender un punto de vista muy fuerte -humanamente hablando- de una mujer que peleó mucho en su tiempo, pero también peleó mucho consigo misma para poder lograr lo que lamentablemente no pudo.
“Como decimos aquí: fue una Emperatriz sin su Imperio”, expresa, por su parte, Noé Alvarado, director artístico de Ágora Compañía Teatral, agrupación que lleva a escena el montaje presentado por primera vez en 2018.
Durante sus presentaciones en espacios como el Aula Magna del Instituto Cultural Helénico -a donde regresará los fines de semana de septiembre-, el monólogo se ha valido de mobiliario y cuadros de la época para recrear la atmósfera en torno al personaje, así como de diversos elementos que generan dinamismo en su confinamiento.
Parte de ello es el propio muñeco que ella confeccionara a imagen y semejanza de Maximiliano, interlocutor y testigo de los episodios demenciales, ira, alucinaciones y delirios de persecución; “Max, ahora tú estás muerto y yo estoy aquí, fingiendo que estoy muerta”, se aflige la viuda.
“Es terriblemente fuerte, es impactante esa escena donde ella está ahí en su rincón hablando con Max, ese muñeco que ella creó”, opina Alvarado, creador con más de dos décadas de trayectoria en la escena teatral, televisiva y cinematográfica.
“Pero dentro de todo esto está un personaje completo en su interés por hacer de México una potencia”, continúa. “Nunca perdió eso; pese a que los años le carcomieron ahí en esa torre encerrada, siempre tuvo esta idea o esta disposición de gobernar para México“.
Carlota fue la primera dirigente mujer de México
Tanto el director de la puesta como su protagonista coinciden en que Carlota tuvo toda la voluntad y buena intención de hacer de México un País digno que superara “la ignorancia”. “Nosotros, los mexicanos, tenemos un futuro lustroso y brillante de respeto entre todas las naciones, que nadie nos podrá arrebatar”, enuncia en escena a través de Palafox.
Y una genuina preocupación por la gente parece reflejarse en la protopolítica social y de bienestar para los menesterosos, huérfanos, viudas e indígenas que elaboró la Emperatriz, primera dirigente mujer de México y América, al ser regente en dos ocasiones mientras Maximiliano estaba ausente.
“El pueblo de entonces, el pueblo de a pie, sí la veía a ella como la mamá que bajaba literalmente a verlos y les daba dádivas, de alguna manera, para que estuvieran bien”, sostiene Alvarado.
“Entonces, era una mujer con grandes principios, una mujer con grandes propuestas, pero, lamentablemente, con muchos traspiés, muchos obstáculos. Y de verdad, insisto, empezando por ella misma”.
Esa admiración por el personaje permitió que Palafox pudiera meterse bajo su piel y sus pensamientos sin mayor desafío, según comparte la actriz, para quien la abrumadora lucha de Carlota constituye un ejemplo, un modelo acaso, para las mujeres mexicanas de estos tiempos.
“A los 27 años que se fue de México, ella era una gran gobernante, alguien muy culta, pero además fuerte, que luchó emocional y físicamente contra todo lo que tenía en contra. Y, al fin y al cabo, llegó a ser la Emperatriz de México, y sigue siendo Carlota conforme pasan los años.
“Entonces, creo que todas las mujeres tenemos que estar conscientes de que tenemos que luchar hasta el final, sea lo que sea que queramos, para lograrlo; pase lo que pase y sea lo que sea”, remarca.
De estas prisiones, con su emotiva representación de los días más solos y demenciales de la Emperatriz fallecida en enero de 1927 -arropada en su féretro por los lábaros de sus dos patrias: Bélgica y México-, estará en cartelera todos los viernes de agosto en el recinto de Zamora 7, en la Condesa. Los boletos se pueden adquirir en www.deestasprisiones.com.
Toma nota
-Qué: De estas prisiones.
-Quién: Con la dirección de Noé Alvarado, dramaturgia de César Santiago Cano y actuación de Gabriela Palafox, acompañada en el escenario por el el chelista Omar González Murillo.
-Cuándo: Todos los viernes de agosto.
-Dónde: Foro Shakespeare, ubicado en Zamora 7, Colonia Condesa.
-Cuánto: 350 pesos. Los boletos se pueden adquirir en www.deestasprisiones.com.