Ucrania acusó este miércoles a Rusia de llevar a cabo ataques que mataron a 14 civiles en áreas cercanas a la planta de energía nuclear de Zaporiyia, controlada por los rusos desde marzo.
El G7, el grupo de las economías más avanzadas, afirmó que el control ruso de esa central nuclear, la mayor de Europa, «pone en peligro a la región».
Dnipropetrovsk, la zona bombardeada durante la madrugada, es una región en el centro-este ucraniano hasta ahora relativamente segura, hacia donde se está evacuando a civiles del Donbás (este).
Rusia y Ucrania se achacan mutuamente la responsabilidad de esos ataques en esa región próxima a la planta nuclear.
Los ataques dejaron además 11 heridos, cinco de ellos en estado grave, informaron las autoridades.
«Hemos pasado una noche horrible (…). Es muy difícil sacar los cuerpos de debajo de los escombros», escribió en Telegram el gobernador, Valentin Reznichenko, pidiendo a los residentes que se refugien en lugares seguros. «No dejen que los rusos les maten», agregó.
La mayoría de las muertes se registraron en Marganets, a orillas del río Dnipro, frente a la central.
En el balance entra igualmente una mujer que murió en el bombardeo de Kushugum, una aldea también situada en la zona de Zaporiyia.
El jefe del consejo regional, Mikola Lukashuk, dijo que los ataques habían afectado a una línea eléctrica local, dejando a miles de personas sin electricidad.