Yvon Chouinard, el multimillonario fundador de la marca de ropa para actividades al aire libre Patagonia, conocido por sus posiciones a favor del medio ambiente, quiere hacer más por el Planeta: a sus 83 años de edad, decidió donar su empresa, valorada en 3 mil millones de dólares.
Chouinard pudo vender la marca o sacarla a bolsa. Pero tras ponerse de acuerdo con su mujer y sus dos hijos, decidió transferir el 100 por ciento de sus partes a un fideicomiso encargado de asegurarse de que sus valores sean respetados y a una organización sin fines de lucro dedicada a la lucha contra la crisis climática y la protección de la naturaleza, a los que se donarán los beneficios.
Fundada hace unos 50 años, Patagonia se comprometió rápidamente a favor de la protección del medio ambiente, eligiendo con cuidado sus materias primas o donando uno por ciento de sus ventas cada año a ONGs medioambientales. Pero no era suficiente, según su fundador.
«Una opción era vender Patagonia y donar todo el dinero. Pero no podíamos estar seguros de que un nuevo dueño mantendría nuestros valores y conservaría al conjunto de nuestros empleados», escribió este miércoles Chouinard en una carta divulgada en el sitio web de la compañía.
Y hacer entrar a Patagonia en una bolsa de valores habría sido un «desastre», advirtió.
«Incluso las empresas que cotizan con buenas intenciones son sometidas a demasiada presión para generar ganancias a corto plazo en detrimento de la vitalidad y la responsabilidad de largo plazo».
Chouinard, que se hizo famoso por sus excursiones en el Parque Nacional Yosemite, tiene un patrimonio neto de mil 200 millones de dólares.
«Cada año, el dinero que ganamos después de reinvertir en el negocio se distribuirá como dividendo para ayudar a combatir la crisis», explicó Chouinard.
«En lugar de extraer valor de la naturaleza y transformarlo en utilidad para los inversionistas, utilizaremos las ganancias que crea Patagonia para proteger la fuente de toda riqueza».
Patagonia continuará operando como una corporación privada con fines de lucro que se preocupa por su situación financiera, pero la familia Chouinard, que controlaba la compañía hasta el mes pasado, ya no es propietaria de la empresa. La compañía funcionará con un consejo de administración y un director general.
Si bien las personas ricas a menudo hacen contribuciones financieras a causas, la estructura de la acción del fundador de Patagonia implica que Chouinard y su familia no obtendrían ningún beneficio financiero y, de hecho, asumirían una factura de impuestos por la donación.
Las acciones con derecho a voto de la compañía se transfieren a Patagonia Purpose Trust, mientras que los papeles sin derecho a voto se entregaron a Holdfast Collective, una entidad sin fines de lucro dedicada a combatir la crisis ambiental y defender la naturaleza. El fideicomiso será supervisado por miembros de la familia.
«La Tierra es ahora nuestra única accionista«, escribió Chouinard su misiva.
«Nunca quise ser un hombre de negocios. Comencé como artesano, fabricando material de escalada para mis amigos y para mí mismo, antes de pasar a la ropa», recordó.