Durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, siete sacerdotes católicos han sido asesinados. Los clérigos, muchas veces convertidos en defensores de derechos humanos, enfrentan amenazas, extorsiones, secuestros y asesinatos. Ante esto, la Iglesia católica pide a las autoridades defender a sus pastores, combatir el crimen organizado y reconocer que la estrategia de seguridad federal ha fracasado.
Las agresiones en México también se ejerce contra los obispos de diócesis ubicadas en territorios donde hay una disputa criminal.