Néstor J. Hurtado Vera.
Estimado lector, como sabe, Coahuila atraviesa un proceso electoral en el que se renovará la Gubernatura del Estado, así como la renovación de los diputados locales y en esta etapa ha transcurrido casi el 30% del tiempo de promoción de todos los candidatos y a estas alturas, hay una pregunta que circula en el ambiente colectivo de los que damos seguimiento a este hecho histórico… ¿Y la oposición?
Desde el año 2017, cuando el PAN “acarició” la tan anhelada alternancia, hubo un factor decisivo para que el PRI se mantuviera en el poder, el cual fue que la entonces oposición, integrada por el panista Guillermo Anaya, Armando Guadiana, Lenin Pérez, José Ángel Pérez y Javier Guerrero, no supieron ponerse de acuerdo y quedó solo en un buen intento, con la frase incluida: gracias por participar.
Después del fracaso en 2017, en el que en un proceso postelectoral marcharon juntos por la “dignidad de Coahuila”, juraron no volvería a suceder y en los próximos procesos, priorizarían los intereses de Coahuila por encima de los personales.
Hoy, lo que correspondía a Acción Nacional como oposición, ya no existe, ahora es aliada del PRI, en una coalición nacional contra Morena y las huestes del “lopezobradorismo”, mismo que en Coahuila tiene tres candidatos. La historia es incluso chusca, pero por raro que parezca, los actuales candidatos de Morena, del Partido del Trabajo, de la coalición Partido Verde y Unidad Democrática de Coahuila, están peleados a muerte y todo lo originó la división interna y sin duda la falta de consensos.
El primer debate del pasado domingo, en escala, dejó en claro cómo están las cosas en Coahuila; por un lado, el exalcalde de Saltillo, Manolo Jiménez, con cómodas ventajas en la mayoría de las encuestas, salió a cuidarse, a no caer en el juego de los ataques, sin duda el mejor para comunicar y con más propuestas que respuestas destacó en dicho ejercicio.
Del otro lado el “show” esperado, Armando Guadiana, Ricardo Mejía y Lenin Pérez enfrascados en un pleito que ascendió a lo personal, haciendo todo lo que no se debe hacer para que el PRI continúe en el poder. En lo único que sí coinciden al menos discursivamente, es que “llegó la hora de un cambio”, pero una cosa es lo que dicen, mientras que con sus acciones lograrán todo lo contrario.
Jamás me ha gustado pronosticar cosas, siempre al comentar algo para mi es obligatorio soportarlo con elementos, pero en esta ocasión, si no sucede algo “relevante”, volverá a suceder, solo que, en esta ocasión, el PRI ganará con contundencia y Manolo Jiménez llegará legitimado y con mucho poder.
Para nada demerito los esfuerzos de Manolo con una campaña de aciertos y propuestas, pero creo que el papel histórico de la oposición, será considerado al paso de las décadas: como aquellos caballeros rebeldes de la política que no supieron ponerse de acuerdo en oportunidades alcanzables en Coahuila.