Yuriria Sierra
Putin, non grato
La ausencia del presidente ruso Vladimir Putin de la cumbre de Johannesburgo ha sido una de las noticias más comentadas de la semana. Algunos analistas creen que Putin ha decidido no asistir a la cumbre para evitar ser detenido por la Corte Penal Internacional (CPI), que ha emitido una orden de arresto en su contra por crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Que por eso su participación es por videoconferencia. Pero, en realidad, aseguran otros, puede ser que los propios presidentes invitados a la cumbre le hayan pedido que Putin no asistiera de manera presencial para evitar pagar los costos políticos y económicos de tener un invitado tan poco deseable para uno de los foros más relevantes en el marco de la reactivación económica global tras la parálisis de la pandemia.
La CPI abrió una investigación sobre posibles crímenes de guerra en Ucrania en marzo de 2022, poco después del inicio de la invasión rusa. En junio de 2022, la CPI emitió una orden de arresto contra Putin por los cargos de bombardeos indiscriminados contra civiles, ejecuciones extrajudiciales y tortura.
Putin ha negado todas las acusaciones de crímenes de guerra y ha calificado la investigación de la CPI como una “caza de brujas”. Sin embargo, la orden de arresto ha puesto al presidente ruso bajo presión internacional y ha hecho no sólo que sea más difícil para él viajar al extranjero, sino indeseable para sus antiguos aliados seguir sentándose a la misma mesa sin elevar su tono de condena a una guerra que ha cobrado demasiadas vidas de ambos lados sin llegar a una conclusión que no sea la insistencia de Putin en reclamar para sí las tierras de un país independiente, sumiendo a toda la población local en el terror, a Europa en una situación de estrés energético y alimentario y al mundo en una espiral de delirio económico y financiero impensable para estos tiempos.
La ausencia de Putin en la cumbre de Johannesburgo es un signo de la creciente presión internacional sobre él. Es probable que la CPI continúe con su investigación sobre los crímenes de guerra en Ucrania y que Putin sea sometido a juicio en el futuro.
¿Qué significa la ausencia de Putin para la cumbre de Johannesburgo? Definitivamente, su ausencia es un golpe para el encuentro de los famosos BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que se esperaba que fuera una muy importante oportunidad para que sus líderes abordaran algunos de los problemas más urgentes del mundo, como la guerra en Ucrania, el cambio climático y la pobreza.
Sin Putin, la cumbre tendrá un sabor muy distinto. Para algunos, probablemente de derrota. Para otros, posiblemente la oportunidad de desligarse de este personaje que no ha hecho sino estresar las relaciones diplomáticas y económicas del planeta entero. Los líderes que sí asisten tendrán que encontrar la manera de abordar los problemas que enfrenta el mundo sin la participación del presidente ruso.
Es probable que la ausencia de Putin también sea un tema de conversación en la cumbre. Los líderes que sí asisten probablemente usarán la oportunidad para criticar a Putin, con libertad, por su invasión a Ucrania y por su historial de violaciones de los derechos humanos.
¿Y qué significa la ausencia de Putin para el futuro de Rusia? Pues es un signo más de los desafíos que enfrenta el presidente ruso en el interior de su país. La invasión a Ucrania ha tenido un impacto negativo en la economía rusa y ha provocado permanentes protestas contra el gobierno por parte de todos aquellos hombres y mujeres que sólo miran un desatino y un acto de irracionalidad en la declaratoria de guerra y, más aún, en la negativa de Putin a desistir. Su ausencia en la cumbre es una señal de que el presidente ruso está cada vez más aislado en el escenario internacional. Es probable que los desafíos que enfrenta Putin en el interior de Rusia continúen en el futuro y, al exterior, peor aún, lo espere tan sólo la justicia y, por lo tanto, el mismo destino que ya han tenido otros dictadores.
