Desde niños se inculca a continuar con esta celebración, en la que se realizan representaciones de los pasajes bíblicos
Especial
LA PRENSA
Las representaciones de las pastorelas es una tradición que aún se conserva en algunos barrios, colonias y comunidades rurales, aunque son pocos los que continúan realizando estas actividades, donde se incluyen rituales de fe y esperanza para dar la bienvenida al salvador.
Durante las peregrinaciones o las posadas, la gente representa a José y María en busca de un lugar donde descansar ante la llegada del niño Dios.
También incluyen las pastorelas, la lucha entre los arcángeles y demonios, las fiestas, los villancicos, las comidas, piñatas y bolos.
Aunque muchas posadas se empiezan a realizar desde inicios de diciembre, es por lo regular a partir del 16 de este mes cuando en escuelas y trabajos se llevan a cabo estas celebraciones.
En algunas colonias de Saltillo, como en la Maclovio Herrera, son pocos los vecinos que continúan con esta transición, pero se conserva lo esencial, como rezar y la cena que incluye tamales y café o champurrado.
Después la víspera de la Noche Buena, cuando se acuesta al niño Dios. En escuelas, desde preescolar hasta preparatorias, los maestros inculcan a los estudiantes a que continúen con esta tradición de los villancicos y la representación de pastorelas.
Mientras que en comunidades rurales también se realizan estas actividades, se rompe piñata, se convive entre la población y se brindan bolos y alimentos para todos.
Estas tradiciones han perdurado a lo largo de los años, pasando de generación en generación.
(Con información de Héctor López / EL DIARIO)