10 TAREAS NACIONALES PARA EL 2024
Sin que sean pronósticos y mucho menos una intención de arparlas, anotamos en esta Columna aquellas actividades que consideramos relevantes para atender a nivel nacional
José Mariano Orozco Tenorio
Como sabemos, ha empezado un nuevo año y con ello se presta tanto para hacer un resumen de los principales acontecimientos del año que terminó, pero también para establecer los retos a atender para el que comienza. Diversos medios de comunicación realizan anualmente un ejercicio sobre el primero, es decir, compilar el resumen de los sucesos importantes acaecidos en el año que finalizó. Asimismo, algunos pocos periodistas identifican aquellas tareas prioritarias que se deben atender en el nuevo año.
Sin que sean pronósticos y mucho menos una intención de arparlas, anotamos en esta Columna aquellas actividades que consideramos relevantes para atender a nivel nacional. Para evitar cualquier queja de pasticha, debemos mencionar que Francis Castel realizó un ejercicio similar y se dio a conocer el 12 de julio del 2019; mismo que fue actualizado el 26 de mayo del 2023. Ahora, sometemos a los lectores la lista de tareas que de una u otra manera se deben atender durante este 2024. No necesariamente están por orden de importancia, todas son relevantes para la sociedad mexicana.
- Elección Presidencial. Sin duda, acapara la atención porque significa que se pone la gobernanza del país con 130 millones de habitantes en manos de nuevo dirigente. Tarea nada fácil desde cualquier punto de vista que se le quiera analizar, bien sea el económico, político, tecnológico, social, agrario, industrial, etc. El dilema que está en juego es: se mantiene el mismo rumbo del actual gobierno o hay un viraje drástico. La sociedad tiene en sus manos el destino de los siguientes años. La tarea es ejercer el derecho al voto.
- Inseguridad. Varios son los Estados de la República que afrontan serios problemas de inseguridad. Si bien es cierto que se han (medio) resuelto en algunas partes del territorio, pero en otras han surgido donde aparentemente estaban tranquilos. En otras palabras, lo único que ha pasado es que el problema se ha trasladado. Estados como Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Zacatecas, Sinaloa, San Luis Potosí, Morelos, y la misma Ciudad de México están atravesando serios problemas de inseguridad. Secuestros; “levantones” extorsiones; personas desaparecidas; derecho de piso; son parte de las agresiones que están sufriendo la población de dichos Estados. Es de cuestionarse la política actual de “abrazos y no balazos”; aunque se ha reiterado que no se va a cambiar, al menos en el actual gobierno. Pero es claro que la población reclama la falta de acciones concretas. Algo se tiene que hacer. Lo que hemos visto es que la población ha creado y organizado los grupos de autodefensa, lo cual es entendible pero inadmisible: no se vale hacerse justicia por sí mismo.
- Narcotráfico. Lamentablemente ha ganado terreno, a tal grado que otros países ya cuestionan la política del Gobierno actual para combatirlo. El comercio de las drogas es una actividad que engloba millones de pesos y de dólares y que sabemos que cada vez la población de menores de edad aumenta su participación y por la facilidad de engancharse. En las escuelas, centros de trabajo, en las tienditas, en las calles, prolifera la venta y compra de diferentes drogas. No hemos visto acciones efectivas e inmediatas para detener tal comercio. ¿Alguien conoce cuál es la política actual del Gobierno para atenderlo?
- Desigualdad económica. Problema de raíz muy complejo que se descuidó por decenas de años (o centenas). Todos somos partícipes de las grandes diferencias que hay entre la clase baja, media y alta. Infortunadamente, las brechas se han acrecentado entre una y otra. Es muy diferente la infraestructura agrícola, industrial y tecnológica entre el sur, sureste, centro y el norte del país. Sin duda, tal diferencia influye entre la diferencia de clases. En México, como en muchos otros países, hay gente muy pobre y gente muy rica y con una clase media que se está aproximando más a la baja que a la alta. ¿Cómo enfrentar tal desigualdad? Repartiendo dinero no es la solución, ni tampoco castigando con impuestos. Hay que crear las oportunidades para que las clases superen su estado.
- Seguridad Social. Los actuales sistemas de seguridad social descansan en el Instituto Mexicano del Seguro Social; en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores al Servicio del Estado; Hospitales para las Fuerzas Armadas y Navales; Hospitales para los Trabajadores de Petróleos Mexicanos; Centros de Salud Pública y Hospitales privados; que son insuficientes para atender eficientemente las demandas de una población de 130 millones de habitantes. Tenemos que reconocer- sin reírnos- que estamos muy lejos de contar con sistemas mejores que Dinamarca y Noruega. En realidad, no hay necesidad de compararnos; mejor vamos a analizar y diseñar estrategias e intentar soluciones que remedien el déficit de médicos y medicamentos. No olvidemos que tenemos poblaciones muy alejadas de zonas urbanas, cuya gente también tienen derechos. Lamentablemente nos centramos en el cuidado de la gente de las grandes y medianas ciudades, descuidando las poblaciones marginadas.
- Educación. Es mucha la carga financiera sobre las instituciones educativas públicas, que hacen imposible contar con una educación de alto nivel. Hasta cierto punto, es natural el surgimiento de numerosas escuelas privadas “patito” que se ofrecen como alternativas para solventar la falta de cupo en las escuelas públicas. Cada año siguen egresando cientos de jóvenes con alguna carrera profesional que reclaman un empleo con salarios dignos. Obviamente, algunas actividades laborales están saturadas y no son opciones para esos egresados. Por ello, el sistema educativo se tiene que reestructurar desde su etapa elemental, media, media superior y superior. Nuestras discusiones se han desviado hacia la conveniencia de los libros de texto, pero ese no es el problema de fondo; es necesario contemplar todo el sistema educativo global. Reformas educativas se aprueban y el resultado sigue siendo el mismo.
- Desempleo. La pandemia ha complicado la creación de empleos y ahora es más común encontrar profesionistas con dos licenciaturas y hasta con grados de maestría manejando taxis, o dando clases en secundarias y preparatorias y algunos hasta con dos o tres empleos para poder completar para sus gastos básicos del hogar. Volvemos a citar el problema de la desigualdad económica en relación con la infraestructura del territorio. Tenemos zonas altamente industrializadas y con una buena oferta para mano de obra capacitada, pero otras en regiones desprotegidas en donde predomina la carencia de oportunidades laborales obligando a buscar trabajo en el extranjero. Poblaciones como Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Tabasco, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, entre otras, se han visto beneficiadas con las remesas de divisas mensuales que envían los conacionales desde el extranjero. Llama la atención que el Gobierno utilice el ingreso de tales remesas (como la segunda fuente) para presumir la economía del país, cuando en realidad, es solo un reflejo del desempleo en México.
- Delincuencia. No nos referimos aquí al narcotráfico (delincuencia organizada), sino a los delitos comunes que se cometen diariamente en el país. Robos a mano armada, secuestros, fraudes, extorsiones, venta a menudeo de drogas, alcohol adulterado, huachicol, robo a transportistas, etc, se han convertido en el azote para la población. Los cuerpos policiacos actuales son insuficientes para detener este tipo de delincuencia. Quizás por considerarla de fuero común y delitos menores no acaparan la atención de los diferentes ámbitos de gobierno (sea federal, estatal o municipal); sin embargo, se han generalizado a tal grado que se han salido de control. Urge políticas gubernamentales que frenen su avance y se combatan eficientemente.
- Violencia contra los Periodistas y contra las Mujeres. El periodismo se ha convertido en una actividad peligrosa; siempre lo ha sido pero ahora más. Es un peligro para los gobiernos y para el narcotráfico. Es fácil de entender que para los gobiernos puede ser una fuente de denuncias de corrupción, así como para dejar al descubierto actividades ilícitas. Se convierte así es un peligro inminente. En reiteradas ocasiones se ha pedido la protección de los cuerpos de seguridad para los periodistas, pero ha sido también insuficiente.
Se puede entender la peligrosidad para ejercer el periodismo pero lo que es incomprensible es la violencia contra las mujeres. ¿Porqué se está violentando a las mujeres? ¿Son peligrosas? Claro que no, entonces, ¿cuál es la explicación? Es preciso que el Gobierno no solo emprenda campañas para evitar las agresiones sino para que se promuevan estudios psicológicos y sociológicos para determinar y analizar las causas y así poder formular programas para atender de raíz el problema. En realidad, es una vergüenza para la sociedad mexicana los atentados contras las mujeres; es deplorable que se difunda a nivel internacional los feminicidios, pero lo es más el que no se haga nada para frenarlos.
- Inmigración. Aún y cuando México solo es un país de tránsito (en teoría), el paso de los inmigrantes es tortuoso gracias a la corrupción, extorsión, secuestro y violación de los Derechos Humanos. Otro tema más para obtener una condena internacional. Hay voces que proclaman que no es un problema de México, pero se olvidan que nuestro país también es de los que más inmigrantes se van a buscar oportunidades en el extranjero, principalmente a Estados Unidos y Canadá. En cierta manera la inmigración no es mala en su totalidad; pueden llegar personas muy capacitadas que contribuyen al desarrollo económico y social (como podremos acordarnos de los españoles, argentinos, chilenos y uruguayos, que llegaron a México), pero lo que se necesita es que sea de forma ordenada y legislada.
Es válido que alguien busque mejores oportunidades en otro país extranjero; es producto de la globalización. Ningún país es autosuficiente solo con sus conciudadanos. Seamos humildes y aceptemos con los brazos abiertos a todos aquellos que de una u otra manera vienen a colaborar al desarrollo nacional. Por supuesto que la enumeración que hemos descrito no contiene todos los problemas nacionales que afronta el país. México es grande y, por consecuencia, sus problemas también. Pero hay que enfrentarlos oportunamente. Lo que importa es que los problemas no se soslayen o disimulen, sino que al menos se den pasos firmes para disminuirlos. Algunos de éstos problemas se pueden ir contemplando a nivel estatal y otros a nivel municipal; cada uno en su esfera deberá ocupar el lugar que le corresponde en la agenda gubernamental.