Ignacio Moreira Loera
Instagram: @thewaxwing1
Nuestra especie ha contaminado y devastado de forma tan dramática el planeta, que si en
decenas de miles de años se hicieran estudios geológicos, una civilización ajena a nuestra
existencia, podría, como lo hacemos hoy día, distinguir en los sustratos terrestres una
diferencia geológica entre el antes y el después de la aparición humana.
A inicios del siglo XXI el término “Antropoceno” se popularizó a partir del trabajo del biólogo
Eugene F. Stoermer y del Premio Nobel de Química Paul Crutzen. La línea del tiempo de la
tierra está categorizada en eones, que a su vez se dividen en eras, periodos y épocas. Estos
lapsos de tiempo, denominados “épocas geológicas”, se revelan a partir de la contextura de
las capas sedimentarias de la corteza terrestre y el registro fósil. Los restos minerales, rocosos
y de material orgánico se acumulan en forma de capas, las cuales al ser estudiadas por los
geólogos despliegan un “cronograma” que devela la historia del planeta. La era Mesozoica,
por ejemplo, es famosa por albergar dentro de sus límites la proliferación, existencia y
posterior extinción de los dinosaurios. Desde hace 65 millones de años hasta la actualidad,
nos encontramos en la era cenozoica, también conocida como la edad de los mamíferos.
Ahora bien, dentro del Cenozoico se encuentra la época del Holoceno, que de forma oficial es,
desde hace 11,700 años, el periodo geológico en el que nos encontramos. Sin embargo, ya
cientos de investigadores y miles de estudios científicos utilizan el término Antropoceno para
referirse a la nueva época de la tierra, la del Homo sapiens.
Del griego anthropos, que significa ‘ser humano’, y kainos, ‘nuevo’, el Antropoceno surge para
definir la época en la que empezamos a transformar de forma considerable los ecosistemas
del planeta. Es decir, la contaminación de ríos y mares, la deforestación, la polución
atmosférica, la urbanización y la generación de residuos industriales han dejado una huella en
las capas sedimentarias de la corteza terrestre que puede ser diferenciada en los sustratos
telúricos inclusive al pasar de miles de años. El daño infligido a nuestro hogar no solo dejará
una marca en los anales del tiempo, sino que, además, seguirá acarreando acentuadas
consecuencias ambientales que afectarán la vida humana, perjudicando a las comunidades
más desfavorecidas y exponenciando las desigualdades.
“El antropoceno se ha propuesto como una nueva era geológica, caracterizada por la
dominancia del impacto humano sobre el planeta…” aclaró para National Geographic la Dra.
Blanca Emma Mendoza Ortega, científica y miembro del Instituto de Geofísica de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Aunque todavía no existe consenso definitivo de cuándo situar el inicio del Antropoceno,
diversos autores proponen tres momentos particulares dentro de la historia humana, el primero
es la Revolución agrícola, hace aproximadamente unos 15,000 años; en segunda instancia, la
famosa Revolución industrial de 1760, y finalmente, la era atómica, que comenzó a finales de
la Segunda Guerra Mundial y principios de los años 50. Todos estos eventos históricos
tuvieron un efecto negativo modificador en la tierra, sus hábitats y los seres vivos que la
habitan.
Nuestra presencia en el planeta ha dejado una huella milenaria, el deterioro ocasionado a los
sistemas naturales de nuestro hogar ha causado la disminución y extinción de cientos de
especies, estos cambios, de no ser frenados, perdurarán hasta mucho después de la
desaparición humana.