La inventó el escritor David Allen y la dio a conocer en su famoso libro «Getting Things Done»
EL HERALDO DE MEXICO. La gestión del tiempo es una habilidad muy importante que muy pocas personas han desarrollado, pero existe una estrategia sencilla y eficaz: la regla de los 2 minutos. Hecha por David Allen y dada a conocer por primera vez en su libro «Getting Things Done», esta táctica se presenta como un antídoto contra la procrastinación y el acumulamiento de tareas menores, que, aunque pequeñas, pueden generar una carga significativa si se dejan acumular.
Es simple: si una acción puede realizarse en dos minutos o menos, debería llevarse a cabo en el momento en que se identifica. Este enfoque fomenta un ambiente de eficiencia y reduce la tendencia a posponer. Allen sostiene que el tiempo y la energía que se invierten en recordar y preocuparse por estas pequeñas tareas pendientes superan el esfuerzo que requeriría simplemente completarlas.
¿Por qué sirve la regla de los 2 minutos?
Allen argumenta que el umbral de los dos minutos se elige porque representa el punto a partir del cual resulta más costoso en términos de tiempo y esfuerzo almacenar y hacer seguimiento de una tarea. Esta filosofía no solo se aplica a tareas rápidas y aisladas sino también como un método para iniciar proyectos más grandes, ya que si los fraccionas en acciones diminutas pueden completarse rápidamente.
Eso sí, David Allen advierte sobre el peligro de dispersarse realizando múltiples tareas menores cuando deberíamos estar enfocados en trabajos que requieren concentración prolongada. Para contrarrestar esto, sugiere establecer períodos de tiempo para el trabajo enfocado, poniendo en pausa la regla durante estos momentos.
No veas a la regla de los 2 minutos como una imposición
Además, Allen propone una flexibilidad en la aplicación de la regla y ajustar la duración del tiempo dedicado a las tareas según las circunstancias y necesidades individuales. Esto permite adaptar la regla a diferentes contextos y cargas de trabajo, con lo cual se mantiene su efectividad sin comprometer las responsabilidades principales.
La regla de los 2 minutos es una herramienta versátil y poderosa para mejorar la productividad personal. A través de su implementación, podemos no solo manejar mejor nuestras tareas diarias sino también avanzar progresivamente en proyectos más complejos. Con suficiente práctica y dedicación, puede transformarse en un hábito y así cambiar la manera en que enfrentamos nuestras responsabilidades diarias.