Tras su ruptura, William Levy y Elizabeth Gutiérrez afrontan un posible litigio por la casa familiar de la que ambos son propietarios y la manutención de sus hijos.
Tras su convulsa separación, William Levy y Elizabeth Gutiérrez afrontan un posible litigio legal para dividir sus bienes en común, establecer la custodia de sus hijos y acordar probables pagos de manutención.
El actor sigue viviendo con su hijo Christopher, de 18 años, en la residencia familiar, mientras que la actriz se fue a vivir a un apartamento con Kailey, la hija de 14 años de la expareja.
El primer punto clave en su separación es que las leyes de la Florida, el estado donde residen, no reconocen las uniones de hecho (common law marriages). Por tanto, como los actores nunca se casaron, no aplican en su caso la legislación familiar que instan a la repartición de los bienes del matrimonio.
Eso quiere decir que Gutiérrez no puede reclamar a Levy las ganancias obtenidas durante sus más 20 años de relación, por mucho que ella pueda alegar que puso su carrera de lado para ayudarlo a él y cuidar de la familia, señaló la abogada Vanessa Vásquez de Lara, del bufete Vásquez de Lara Law Group de Miami.
Eso supone una mala noticia para Gutiérrez. La actriz recibe ayuda de su familia desde que abandonó el hogar familiar y ha tenido que alquilar un auto, contó ella misma a los agentes que acudieron el pasado marzo a la casa tras un incidente entre Levy y su hija.
La mansión
Ahora bien, la lujosa residencia familiar en la que vivían juntos en una zona exclusiva del condado de Broward, al norte de Miami, está a nombre de los dos, según el registro de la propiedad, que le otorga un valor de mercado de casi $4,5 millones. Una agencia de bienes raíces eleva la cifra a $5,8 millones.
La expareja se mudó a la casa a mediados de 2020, luego de varios años de construcción. Es la misma residencia a la que acudió en cuatro ocasiones la policía en los últimos meses por altercados domésticos entre los dos actores.
Si bien la mansión puede convertirse en el principal bien en litigio, como la pareja no está casada, de nuevo no se aplica las leyes de repartición de bienes matrimoniales. «Son dos personas individuales que tienen una propiedad en común», apuntó Vásquez,
Las dos partes podrían llegar a un acuerdo por la que una de ellas se queda con la propiedad y compensa monetariamente a la otra, o venderla y repartirse el dinero. Pero eso no quiere decir que se lo repartirían a partes iguales, ya que se tendría en cuenta quien haya aportada más a la compra y remodelación, puntualizó la abogada. Lo que, aparentemente, favorecería a Levy por presumiblemente ser quien más contribuyó a la casa.
De no llegar a un acuerdo, el asunto terminaría en un tribunal civil que acabaría ordenando la venta de la propiedad, de nuevo teniendo en cuenta quién ha aportado más, ya que un juez no puede determinar quién o quién no puede vivir en la residencia. «El dinero se puede dividir, pero no una propiedad», señala la abogada.
Los hijos
El otro potencial punto de conflicto es la custodia y manutención de los hijos, particularmente de la hija por ser menor de edad. Christopher, al ya tener 18 años y una vez acabe la secundaria, quedaría fuera del caso.
Vásquez explicó que la ley reconoce a los dos como padres legales y por tanto contempla el pago de manutención, la división de los gastos y la asignación de tiempo compartido, como sucede en las parejas casadas.
En este caso, se presume que Levy debería pagar manutención por ser el padre con los mayores ingresos.
De no llegar a un acuerdo privado o una de las partes considere que se incumple, podrían recurrir al tribunal de familia para que determine el pago de la manutención, los gastos y el tiempo compartido, agregó la abogada.
Claro que, añadió, a menudo se trata de evitar ese paso porque implica revelar documentos financieros que, una vez entran en la corte, se convierten en documentos públicos, lo cual suele quererse evitar.
Hasta el momento y que se sepa, ninguna de las partes ha iniciado ninguna acción legal y por ahora se mantiene el acuerdo sobre sus hijos al que llegaron en su separación.
La historia de amor de más de dos décadas de Levy y Gutiérrez ha tenido altas y bajas, además de verse afectada por rumores de supuestas infidelidades. Los actores se conocieron mientras concursaban en el reality show Protagonistas de telenovela en 2002. El flechazo se dio casi de inmediato y al poco tiempo iniciaron un idilio, que dio como resultado el nacimiento, en marzo de 2006, de su primogénito Christopher Alexander. Cuatro años después dieron la bienvenida a Kailey.
