En el marco de la celebración del 427 aniversario de la fundación del Pueblo Mágico, se llevó a cabo la entonación del cántico por parte de la banda municipal
Por: Lucero Velázquez
LA PRENSA
Desde las primeras horas de este martes 18 de febrero, las notas musicales de la Banda Municipal llenaron de vida y emoción las calles del centro histórico de Parras de la Fuente, pueblo mágico que este día celebraba su 427 aniversario. La banda, con sus instrumentos y sus voces al unísono, recorrió las principales arterias de este lugar emblemático, dedicando melodías que han marcado la identidad cultural de la región: «Las Mañanitas», «Parras Paila» y «Dame de tu vino Parras». Cada una de estas canciones, que han trascendido generaciones, son mucho más que melodías; son himnos que reflejan el amor y el orgullo de los parrenses por su tierra.
El sonido de la música, mezclado con el bullicio de los ciudadanos que se asomaban a las puertas de sus casas o se unían al recorrido, creó un ambiente festivo y lleno de nostalgia. Para los habitantes, no era solo una conmemoración de la fecha histórica, sino un recordatorio de las tradiciones que han sido el alma del pueblo a lo largo de los siglos. Las canciones entonadas por la Banda Municipal evocaron sentimientos de pertenencia, de aquellos que han vivido toda su vida en Parras y de aquellos que, aunque lleguen solo por un día, se sienten tocados por la magia de este lugar.
Fundada el 18 de febrero de 1598, Parras de la Fuente es una de las ciudades más antiguas de Coahuila y una de las más ricas en historia. La comunidad recuerda con orgullo a sus fundadores: el sacerdote jesuita Juan Agustín de Espinosa, el capitán Antón Martín Zapata, el escribano Francisco de Andrade y el mayordomo Baltasar Rodríguez, quienes, en el siglo XVI, trazaron el camino hacia lo que hoy conocemos como Parras, un pueblo lleno de encanto y tradición. En sus primeras huellas, la misión era clara: establecer una ciudad que perdurara en el tiempo y fuera testigo de la historia.
El nombre de Parras de la Fuente, que se deriva de las abundantes parras silvestres encontradas por los exploradores en su llegada, es un reflejo de la conexión profunda entre este pueblo y su entorno natural. Las parras, que al principio fueron simples plantas, se convirtieron en símbolo de la tierra fértil y de las generaciones que, hasta el día de hoy, continúan con la tradición vinícola de la región. La vid es, sin duda, un elemento que ha marcado la esencia de Parras, un legado que se transmite de una generación a otra, como las mismas melodías que la Banda Municipal tocó este día.