Este Miércoles de Ceniza marca el inicio de preparación hacia la Pascua, miles de católicos son llamados a vivir este periodo lleno de renovación y crecimiento espiritual
Por: Irma de la Garza
LA PRENSA
FRONTERA, COAHUILA.- Este miércoles, miles de fieles en todo el mundo celebran el Miércoles de Ceniza, un día que marca el inicio de la Cuaresma dentro de la tradición cristiana. Este periodo de cuarenta días culminará con la Semana Santa, un tiempo de preparación espiritual para la celebración de la Pascua. La Cuaresma es considerada un periodo de reflexión, penitencia y conversión, en el que los creyentes son llamados a revisar su vida y acercarse más a Dios a través de la oración, el ayuno y la caridad.
El Monseñor Néstor Daniel Martínez, vicario de la diócesis de Saltillo, explicó la importancia de esta fecha dentro del calendario litúrgico. «La Cuaresma es un tiempo maravilloso, un camino de preparación que tenemos los cristianos católicos para celebrar la gran fiesta de la Pascua del Señor, la resurrección», comentó. Además, destacó que este periodo es una oportunidad para la renovación interior, invitando a los fieles a reflexionar sobre su vida y a crecer espiritualmente.
Uno de los elementos más representativos de esta celebración es la imposición de la cruz de ceniza en la frente de los creyentes. El padre Néstor Martínez explicó el significado de este rito: «Es un signo muy especial para los cristianos católicos. La cruz nos identifica como seguidores de Cristo. De hecho, desde el bautismo se nos marca con una cruz en la frente, resaltando nuestra identidad cristiana». Este gesto simboliza el llamado a la conversión y el recordatorio de la fragilidad humana, con la frase: «Polvo eres y en polvo te convertirás».
Históricamente, la imposición de ceniza tiene sus raíces en la tradición bíblica, donde se usaba la ceniza como símbolo de penitencia y arrepentimiento. En los primeros siglos del cristianismo, los pecadores públicos eran marcados con ceniza y excluidos temporalmente de la comunidad hasta recibir la absolución. Con el tiempo, esta práctica se extendió a todos los fieles como un recordatorio del llamado universal al arrepentimiento y la reconciliación con Dios.
El sacerdote también recordó que, en la antigüedad, quienes deseaban recibir el sacramento del bautismo debían pasar por un largo proceso de formación y conversión. «Era un camino de preparación donde se reconocían como pecadores y se comprometían a dejar atrás al ‘hombre viejo’ para renacer como ‘hombres nuevos'», explicó. Este proceso reflejaba el significado profundo del bautismo como un renacimiento espiritual.
Con la celebración del Miércoles de Ceniza, la Iglesia invita a los fieles a iniciar este tiempo de oración, ayuno y caridad con un corazón dispuesto a la transformación. A lo largo de la Cuaresma, los cristianos están llamados a renovar su fe y fortalecer su relación con Dios, preparándose para vivir plenamente el misterio de la Pascua.
La ceniza que se impone a los fieles proviene de una quema especial en la que se incluyen ramas del Domingo de Ramos, así como libros y objetos litúrgicos en desuso, los cuales tienen un carácter sagrado. Así lo explicó Monseñor Néstor Daniel Martínez, párroco de Santiago Apóstol, quien destacó la importancia de este símbolo dentro de la tradición católica.
Monseñor Martínez señaló que, en el contexto actual, la humanidad enfrenta nuevos desafíos que requieren una apertura hacia los demás. En este sentido, invitó a los creyentes a vivir la Cuaresma desde tres aspectos fundamentales, siendo el primero la apertura al prójimo. Esto implica fomentar el diálogo, practicar la misericordia y el perdón, así como acercarse a quienes se han alejado. Además, resaltó la importancia de dedicar tiempo y ayuda a los demás como un acto de fe.
Asimismo, el párroco enfatizó que la Iglesia está abierta a todos, sin distinción. Hizo un llamado a la inclusión y a la aceptación de las diferencias, subrayando que todas las personas, independientemente de sus creencias o preferencias, son bienvenidas en la comunidad católica. La Cuaresma, concluyó, es un tiempo de renovación espiritual en el que cada fiel puede buscar la reconciliación y el amor al prójimo.