Juana Guadalupe Zamora se ve obligada a resistir en su trabajo como recolectora de basura urbana, el intenso frío y las calcinantes temperaturas
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
Desde muy temprano antes que la naturaleza retire el manto oscuro de la noche, Juana Guadalupe Zamora Cabello empuja el carrito donde transporta la recolección de basura que recoge en céntricas calles de la ciudad, es una mujer obligada a resistir el frío implacable y las temperaturas calcinantes de verano.
En el Día Internacional de la Mujer, la trabajadora del departamento Limpieza Municipal, dijo que no es su caso, pero que sabe de féminas de diversa edad golpeadas por sus cónyuges alcoholizados, que tal vez piensan que son de su propiedad para hacer con ellas lo que quieran.
“Existe el Centro de Empoderamiento de la Mujer para acudir a denunciar los golpes o humillaciones, lamentablemente continúan estos casos en todos lados”, añadió Juana Guadalupe con 14 años de antigüedad en barrido a mano contribuyendo con el gasto familiar.
Trabajando en ayudar a mantener limpia la ciudad, así pasará el Día Internacional de la Mujer, aunque señaló que ahora hay más oportunidades para ellas porque es notoria la gran cantidad de alcaldesas, diputadas, senadoras, gobernadoras, ministerios públicos, juezas entre importantes cargos.
En tiempo de calor, añadió, “buscamos alguna sombrita, beber agua, refresco para protegernos de las altas temperaturas a la intemperie de 45 grados centígrados, pero con el intenso frío es peor porque no hay donde descansar en la calle un rato”.
“Creo que hace falta más apoyo para las mujeres que trabajamos y que somos de escasos recursos económicos, todos los artículos de la canasta básica están con precios bastante elevado, por lo pronto hay que trabajar”, puntualizó, reanudando el empuje del carrito para continuar manteniendo limpia la ciudad.