Edward Kelley, indultado por Trump por el 6 de enero, recibirá dicha condena tras ser hallado culpable de conspirar para asesinar a empleados federales y otros agentes del orden público involucrados en su arresto
Por Diego Morato/Excelsior
La Prensa
EU.- Edward Kelley, un hombre de 36 años indultado previamente por el expresidente Donald Trump por su participación en el asalto al Capitolio el 6 de enero, fue condenado a cadena perpetua este 2 de julio tras ser hallado culpable de conspirar para asesinar a empleados federales y otros agentes del orden público involucrados en su arresto. La condena, emitida en un tribunal federal, cierra un caso que expuso el riesgo latente de extremismo violento entre quienes participaron en el ataque de 2021. Kelley fue declarado culpable en noviembre de 2024 por cargos de conspiración para asesinar a empleados federales, incitación a cometer un delito violento e influenciar a un funcionario federal mediante amenazas.
Kelley intentó argumentar que el indulto presidencial que recibió de Trump por los hechos del 6 de enero cubría también esta condena, pero el tribunal rechazó su planteamiento. La fiscalía detalló que Kelley creó una “lista de asesinatos” de agentes del FBI, la Oficina de Investigaciones de Tennessee, la Patrulla de Carreteras de Tennessee y varios departamentos de policía locales, incluyendo Maryville y Clinton.
Según la acusación, Kelley y su cómplice, Austin Carter, planearon ataques coordinados contra los agentes. Carter reveló al tribunal que pretendían asesinarlos en lugares públicos, como cines, y también en sus propios hogares. Los planes incluían el uso de coches bomba y drones. En grabaciones de audio presentadas como evidencia, Kelley instruía a Carter:
“No tienes tiempo para entrenar ni coordinar, pero cada golpe tiene que doler”, y en otra ocasión declaraba: “Planeo destruir sus oficinas”.
El perfil del condenado y la reacción de la defensa
Kelley había sido previamente acusado de varios delitos relacionados con el asalto al Capitolio, incluyendo agresión a agentes, desorden civil y destrucción de propiedad del gobierno. Sin embargo, en esta causa, el tribunal escuchó testimonios sobre su radicalización posterior, incluyendo un mensaje grabado en el que afirmaba: “Si me extraditan a Washington D. C. o no tienen noticias de mi situación en 24 o 48 horas, si vienen a arrestarme de nuevo, empiecen. Los están atacando en su oficina… cada golpe tiene que doler.”
La fiscalía describió a Kelley como “implacable” y aseguró que “no ha demostrado capacidad ni deseo de rehabilitarse”, considerándolo un peligro constante para la sociedad.
“No solo cree que las acciones por las que fue condenado estaban justificadas, sino que su deber como autoproclamado ‘patriota’ lo impulsó a atacar a las fuerzas del orden del este de Tennessee para asesinarlas”, señalaron.
Por su parte, el abogado de Kelley, Mark Brown, argumentó que “aunque Kelley ha sido condenado por delitos graves, nadie fue amenazado directamente con daño o violencia por Kelley, y nadie resultó herido. Kelley no merece la misma sentencia que un verdadero terrorista que hirió o mató a cientos o miles de ciudadanos”. Austin Carter, cómplice de Kelley que cooperó con la fiscalía, será sentenciado en agosto. La apelación de Kelley fue rechazada, consolidando su cadena perpetua como veredicto final.
Este caso subraya la polémica en torno a los indultos de Trump a participantes del 6 de enero, que según analistas legales fueron “impopulares entre demócratas y algunos republicanos”, dado que involucraron a individuos que agredieron violentamente a agentes de policía. Kelley es uno de varios indultados que han regresado a prisión por nuevos delitos no cubiertos por su perdón presidencial.